domingo, 21 de diciembre de 2014

Hablemos de: Su escritora está de viaje.

Hola, mis queridos tributos de mi alma.
Se han de haber estado preguntando por qué rayos no me he aparecido de nuevo. Y si no, pues da igual porque de todos modos les contaré por qué.
Sé que no es muy interesante mi vida si no mis escritos jajaja pero quería compartirles un poco de mi experiencias porque...bueno, son mis lectores queridos de corazón y para no tener muy abandonado el blog, ya que no tengo nada de escritos que publicar, lo siento; pero todo tiene una razón de ser y esta es: su escritora se fue de viaje. 

domingo, 23 de noviembre de 2014

Capítulo 48 ♥ ¡FINAL! (#SS)

#SemanaSinsajo: Último día.
««^^»» ♥♥
Hola, mis queridos tributos!♥
Ah.....¿Están listos para esto? Pues el capítulo final ya está aquí.
Y, en mi parecer, yo soy una de las personas que más lamenta haber llegado por fin a esto. Extrañaré hablar con la voz de Katniss....al igual que todos los momentos que pasé escribiendo sobre su vida, de Peeta....¡y todos los comentarios de ustedes!
Quiero decirles que todo esto no hubiera sido posible sin ustedes, porque sin esos ánimos que me dabáis cada vez que me ponían que les gustaba y que querían más.
Miren que a mí me hubiera gustado alargar la historia....pero que lamente que esto acabe no quiere decir que no esté lista para poner punto y final a esta historia.
Creo que que el final, de cualquier cosa, siempre tendrá que ser triste y a la vez feliz: triste por acabar con algo que te gustaba, y feliz por la retrospectiva de que a lo mejor se acerca algo más grande.
Espero que les haya agradado este pequeño viaje que compartimos juntos.
Muchos me han preguntado que si voy a escribir una nueva historia....pero ese tema lo abordaré en otra entrada, porque es muy complicado de explicar....
Por el momento, sólo me queda decirles que disfrutéis el capítulo... Me costó un poco de trabajo porque no sabía qué rayos poner, o cómo acabarlo con un final impresionante....aunque todo nació en el momento en que dije: "qué importa...el chiste es terminar esto por fin"
Lo escribí con todo mi cariño para ustedes. 
Ojalá les guste.
:D 












Capítulo 48
Ahora que me tienes, ¿qué vas a hacer conmigo?







El día de la boda se podría describir con tantas palabras, pero la única que se me venía a la cabeza cuando llegamos a la casa, con nuestros pies punzando de tanto bailar, y las mejillas entumecidas de tanto sonreír, era: cansado.
Sentía que un tren me había pasado por encima; los párpados me pesaban tanto que me costaba mantenerlos abiertos.
A pesar de todo, esa noche era nuestra noche de bodas, y todo mundo sabe qué pasa en ellas. Se tienen grandes expectativas sobre estas mismas, por ser uno de los momentos cruciales del matrimonio.....aunque Peeta y yo ya habíamos probado de aquella copa desde hace mucho tiempo...
Pero bueno, la magia de la noche no se pierde igual, (o no decidimos perderla), así que dejamos el cansancio que sentíamos en segundo plano.
Al principio, al entrar en nuestra alcoba, nos besábamos con fuerza y tratábamos de deshacernos de la ropa que se interponía entre nosotros.
Recuerdo que Peeta me tumbó en la cama y yo le besé el cuello, dejando una pequeña marca roja sobre su blanca piel. Cuando empecé a desabrocharle los botones de la camisa (su saco yacía arrumbado cerca del inicio de las escaleras) nos encontramos con un problema: un hilo suelto de su corbata se había enredado en uno de los penúltimos botones.
Él se disculpó un momento y fue a cortar el hilo al baño y a quitarse la corbata para volver un segundo después.
Pues resultó que ese segundo fue suficiente, porque cuando volvió yo ya estaba a punto de quedarme dormida.
-Ya vi que estas cansada....
-No...-dije inmediatamente-. Claro que no, qué cosas dices....- pero empecé a bostezar y cerré la boca.
-No te hagas la difícil, yo también lo estoy. Mis pies me están matando....
- Al menos tú no tuviste que soportar unas zapatillas- me quejé, quitándome los zapatos y arrojándolos en un rincón.
-Por favor, Katniss.  He visto a Effie con el triple se ese tacón que traes.
-Lo sé, pero es de Effie de quien estamos hablando.
Me giré para hundir mi cara en la almohada y suspirar.
-¿ Y si posponemos esto para otra ocasión?
-¿A qué te refieres con "esto", Katniss?
-Tonto ya sabes a lo que me refiero. Entonces, ¿trato ?
-Está bien, trato- contesta con tranquilidad y a su respuesta se le une un bostezo-Pero la siguiente vez ya no habrá excusas.
-Descuida-murmuré-. Recuerda que oficialmente todas mis noches te pertenecen a ti de ahora en adelante.
Sé que sonrió, aunque no lo pude ver porque mi rostro estaba cubierto por la almohada.
Frotándome la cara, me levanté con lentitud.
-¿Peeta?
-¿Sí?
-¿Puedes quitarme el vestido?
-Katniss, pero creí que habíamos dicho que lo posponíamos para otra noche....-sonrió, burlón.
-No me expresé bien, ¿me ayudas a bajar el cierre para que pueda quitármelo y ponerme el pijama?, ¿eso sí quedó suficientemente claro?- susurré.
-Sí- contestó él, y se paró de la cama para colocarse a mis espaldas.
Yo me sujeté el cabello mientras él bajaba el cierre, con mucha más lentitud de lo que yo esperaba.
Me volví mientras el vestido caía al suelo, entre mis pies.
Me quedé indefensa, en ropa interior, pero  sus ojos no se apartaban de mi ojos.
-Un trato es un trato. Aquí está su pijama, señora Mellark- musitó él con una sonrisa. Apartó los ojos de los míos hasta que me puse la playera y después el pantalón.
Ya cambiada, salté a la cama con gusto. Peeta se acercó para arroparme y luego darme un besito inocente en la mejilla.
-Buenas noches, querida esposa.
Esa fue la primera vez que Peeta me dijo esposa a mí. La sensación fue tan bonita que yo no me quise quedar atrás.
Por eso, antes de que se apartara dos centímetros de mí, lo detuve con la mano, y le besé los labios.
-Buenas noches, esposo mío- sonreí.
 Fue increíble la  rapidez con la que me sumergí en un profundo sueño unos instantes más tarde de aquel beso.





Lo que nos despertó a la mañana siguiente fue el horroroso sonido del teléfono.
Parecían haber pasado sólo 4 segundos después de que hubiera cerrado los ojos. Aún tenía la sensación del beso en mis labios.
Yo ya lo había escuchado sonar desde hace 5 minutos, sin embargo, no quería abrir los ojos por nada del mundo. Enterraba mi cara en la almohada, tratando de apagar el molesto sonido.
-Ya sé que tú también lo has oído- dije de repente.
-Sí....-contestó Peeta, somnoliento, sin abrir los ojos también.
-Vamos, ve a cumplir tu función como esposo y contesta ese maldito teléfono- dije.
Oí cómo Peeta se levantaba.
-Esposo no es lo mismo que esclavo, Katniss- se quejó.
-¿Ah, no?
Por increíble que parezca, me volví a dormir en el tiempo en el que él estuvo fuera de la habitación. Sin embargo sentí cómo se incorporaba a la cama de nuevo, acomodándose entre las sábanas.
-Peeta....-susurré. Me volví hacia su lado y lo sacudí con delicadeza.
-¿Qué...?-dijo con resignación.
-¿Y bien?
-¿Bien de qué?
-¡Lo del teléfono!¿Quién era?
-Ah, eso......Effie, nos invitaba a desayunar con ella, Annie y Johanna en la casa de Haymitch.
-¿A qué hora?
-En media hora.....
-¿Media hora?- pregunté, viendo el segundero del reloj de pared avanzando- ¿Entonces no vamos a ir?
-¿Quién dijo que no?- musitó al volverse hacia mí.
-Es que no nos hemos parado de la cama.
-10 minutos más....-suplicó con un puchero.
Lo pensé con detenimiento unos segundos, hasta que volví a acostarme en la cama y cerrar los ojos.
-Tienes razón.




Cuando tocamos la puerta, Johanna nos abrió y nos miró con una ceja levantada.
-Dijimos desayuno, no cena-reprochó.
Los dos no contestamos, pero sonreímos a modo de disculpa; y no nos salían las palabras, no por que no pudiéramos rebatirlas, si no porque estábamos tratando recuperando el aire; la casa de Haymitch no estaba a más de dos casas de la nuestra y aún así corrimos para no demorarnos un minuto más.
El desayuno especial que preparó Effie fue una pequeña fiesta sólo para personas muy cercanas, así de invitados estaban: Johanna, que fue sola porque su esposo tuvo que ir a comprar los boletos de vuelta al Distrito 7 y se llevó a su hijo consigo; Annie, con Finn, por su puesto; Effie, pues fue ella la que organizó todo, y Haymitch, aunque no se le veía muy feliz por poner su casa como centro de reuniones. Mi madre hubiera venido, si no se hubiera ido desde muy temprano al 4.
Nos sentamos todos a la mesa, resumiendo los hechos divertidos, interesantes y hermosos del día anterior, riéndonos en algunos momentos, y suspirando en otros.
Después de terminar de comer y recoger la mesa, por alguna extraña razón Annie y Johanna se pararon al unísono y me pidieron que las acompañara a la cocina, mientras que los demás se encontraban el la mesa. Yo, extrañada, le lancé una mirada desconcertante a Peeta, que se encogió ligeramente de hombros y me soltó la mano que tenía ceñida bajo la mesa. Ya estando en la cocina, nos pusimos a lavar platos y a guardarlos en la alacena. Mientras hacíamos esto, ambas me preguntaron:
-¿Cómo les fue, Katniss?
-¿De qué?- pregunté.
-¿Qué tal la noche de bodas?- me aclaró Johanna.
-Ahh.....eso. Pues.....bien- respondí, enjuagando un plato bajo el chorro de agua.
-¿Sólo bien?- siguió ella.
-Tan bien que no nos podíamos levantar de la cama- se me ocurrió decir.
Les sonreí.
Prácticamente, no mentía.





Para la luna de miel, no fuimos a un lugar específico.
De hecho, Effie, en un intento de broma, nos propuso que hiciéramos nuestra propia "Gira de la Victoria", pero al final esa idea nos gustó tanto que decidimos adoptarla.
No pasábamos tanto tiempo en un sólo lugar. Un día se nos podía ver en el Distrito 4, disfrutando del sol y la playa....y al pasar otros dos, se nos veía jugando en la nieve del Distrito 2.....
Incluso pasamos por el Capitolio; aunque al principio se nos había hecho mala idea, al final decidimos enfrentarnos a nuestras pesadillas, pues sólo nos atormentaban cuando dormíamos, no en la vida real.
Fue más agradable de lo que pensé. Conocer esa gigante ciudad como lo es ahora no es tan devastador como lo era hace unos años.
Pero uno siempre tiene que volver a casa, y no estuve más satisfecha que cuando pisé de nuevo el suelo de la estación del Distrito 12.
Los primeros días después de nuestra llegada fueron fantásticos.
Nos mudamos a mi casa, y por ende nos la pasamos empacando cosas de Peeta; era divertido encontrar recuerdos que databan de nuestras aventuras en estos últimos años, como los guantes que yo había quemado un poco cuando traté de hornear un pastel, o unas de mis botas en las cuales Peeta había derramado pintura por accidente un día que jugamos en el estudio.....
También acordamos darle a nuestra casa (por que ya no era mía, si no de los dos) un aspecto diferente, pues era tiempo de dejar todo lo de nuestro pasado atrás. 
Ahora había que estar centrados en nuestro futuro. Uno que compartiríamos los dos de ahora en adelante.
Pintamos las paredes de colores cálidos, cambiamos los muebles y tiramos un montón de cosas que sólo traían malos recuerdos.
Esto era una nueva vida. Volveríamos a comenzar de nuevo....
A renacer.



Me gustaba cómo se oía mi nombre junto al sonido de su apellido.
Prácticamente, en una actitud de burla, Peeta usaba la palabra "esposa"para cualquier cosa que tuviera relación con mi nombre. Pero un calorcito me llenaba el pecho cada vez que lo hacía, que no podía evitar sonreír, aunque sea ligeramente.
Extrañamente, me parecía música para mis oídos.
Quizá era la fiebre de casarse. Esa de la que nos advirtió Effie en donde las primeras semanas todo es miel sobre hojuelas.
Creo que cuando nuestra antigua acompañante del capitolio nos dijo eso, se refería más a Peeta que a mí. Él fue el que, desde un principio, cuando empezamos a planear la boda, se le veía tan entusiasmado, como niño esperando a abrir los regalos de navidad.
Mientras que yo me dedicaba a asentir cada vez que me preguntaban algo y a sonreír cuando lo correspondía.
Hubo una etapa en la que me puse en desacuerdo con Effie con casi todo lo relacionado con los preparativos: el vestido, las flores, la fiesta......
-¡Katniss!¡Hasta parece que no te quieres casar!-me gritó una vez, indignada, cuando rechacé su propuesta de un vestido con una de esas colas largas, lleno de flores blancas en las orillas (reales) y un velo con una especie de corona (nido) al estilo madre naturaleza. En ese entonces, todavía no pasaba la primavera, y esa era la nueva tendencia de moda en el Capitolio.
-Me gusta mucho la naturaleza, pero quiero verme como una novia, no como un árbol- solté, cruzándome de brazos.
Estuvimos enojadas una con la otra hasta que Haymitch y Peeta intervinieron y nos hicieron (obligaron) a disculparnos.
Después de aquella pequeña pelea, Effie se acató a mis sugerencias de que todo fuera un poco más sencillo, aunque a regañadientes. Sin embargo, con Peeta nunca pasó por ningún problema, que con él acordaba los planes y ya después lo mandaba a que me los dijera a mí; buena estrategia por su parte: se me hace más difícil decirle que no a mi chico del pan que a cualquier otra persona.
Aunque debo de aceptar en que ella tenía razón sobre lo melosos y dulces que iban a ser los primeros momentos del matrimonio. Y fue sorpresa para todos (incluso para mí) que Peeta no fuera el único atrapado dentro de este remolino, si no también yo.
Como dije antes, disfrutaba tanto que cada mañana él me diera un beso en la mejilla y me dijera: "Buenos días, señora Mellark". Las veces en que yo me levantaba primero, me inclinaba con entusiasmo para clavar un beso sobre su suave piel. Y cómo no, después en sus labios.
Todo mundo estaba extrañado con mi actitud, que cuando me veían, hacían como que me tomaban la temperatura para ver si no estaba enferma. Una vez Haymitch hizo esto, a lo que yo contesté:" Sí, sí estoy enferma, pero de felicidad" y luego sonreí. Él me miró con gravedad y luego volvió la vista hacia Effie para decir: Es muy tarde, la hemos perdimos.
Pero ninguna broma o comentario de mis conocidos me hizo perder los ánimos que me entregaron aquellos días de felicidad. Me permití el lujo de verme ridículamente enamorada porque toda mi vida me la pasé reprimiendo el deseo de serlo.
Esto me llevó a pensar en  cómo las personas cambian con el pasar de los años, como las actitudes que eran un escudo en tu pasado, ahora son sólo sombras en tu futuro. Mas que nada, me pongo a reflexionar sobre esto  porque me pregunto por qué y en qué he cambiado yo.
Hay veces en que decido detenerme y mirar el pasado. Se supone que cuando veo a la chica de 16 años debería estar viendo mi propio reflejo (sólo que con unos años menos, claro). Como un espejo. Y sin embargo no se siente así. Es como si viera otra persona diferente cuando la comparo conmigo.
Me gusta lo que soy ahora. Aunque eso no significa que odiaba lo que era antes.
Pero, cuando veo los ojos de aquella pequeña Katniss Everdeen,  aparte de su valentía, descubro algo que sólo el más observador podría notar: miedo. (y nadie que me conozca tan bien como yo misma)
Y creo que esa es la mejor parte del hoy, del presente: ya no tengo miedo.
Quizás las pesadillas vuelvan cada noche, pero me esfuerzo en no temerles nunca más.






Era una noche fría.
Sin embargo, en la casa reinaba un calor reconfortante.
Peeta y yo estábamos sentados en el estudio, admirando la casa que entre los dos habíamos reconstruido.
Las tazas de chocolate caliente humeaban a un lado nuestro  y el fuego de la chimenea ardía dentro de ella, convirtiendo la madera en cenizas.
Ya era una tradición hacer esto cada vez más seguido, incluso porque estaba muy cerca el invierno.
Teníamos las manos entrelazadas. En cada una se podían admirar los destellos dorados de nuestros anillos.
-Desde hace mucho que no tenía una sensación agradable de estar en casa, de sentirlo como un hogar....-murmuré, tomando un poco de chocolate.
-¿Por qué?- me preguntó.
-Porque, desde que mi padre murió, siempre reinó un poco de depresión en mi familia, y esa antigua casa de la Veta nos traía recuerdos de ello; luego, cuando me dieron esta casa por ganar los juegos....la detestaba, porque sabía el precio que nos había costado esa vida de lujos que llevábamos.....
-Dime una ocasión en la que te sentiste igual que ahorita- me pidió, mirándome a los ojos y acariciándome la mejilla.
-Mmm....-musité, pensativa-, creo que ya la tengo: fue la noche en la que mi padre me llevó por primera vez al bosque. Ese día llegué tan emocionada a pesar de haberme ido con mucho miedo. Por suerte, habíamos encontrado unas buenas presas y además era temporada de fresas, así que traíamos muchas. Mi madre preparó una cena realmente rica con todo lo que habíamos traído mi padre y yo, y, después de comer, nos sentamos en la pequeña sala. Él cantaba con Prim en el regazo, ella lo veía con atención dibujada en sus ojitos azules. Yo me hallaba atrapada en los brazos de mi madre, que sonreía.....En mi mente repetía la letra de la canción, pues era mi padre me la había enseñado esa misma tarde, cuando me contó la historia de esas avecillas llamadas sinsajos....Esa fue una ocasión.
Volví mis ojos a Peeta, porque ya llevaba algún tiempo perdida en la nada.
Él me veía con compasión, pero también con algo de preocupación.....me acarició el pelo y su mano ya estaba preparada para limpiar cualquier lágrima que derramaran mis ojos.
Me reí, aunque bajo.
-Peeta, no voy a empezar a llorar....-susurré, aunque no podía negar que sí tenía un picor en los ojos que traté de alejar parpadeando.
-Lo siento. Es la costumbre- se disculpó-. Pero es que siempre que hablas de tu hermana....bueno, tú, ya sabes....
-No, esta vez no.....ya lloré lo suficiente, no voy a arruinar este momento de felicidad.
-Qué rápido has crecido, mi Katniss...-dijo, tomándome de la barbilla y dejando un rápido beso en mis labios.
-Tú me has ayudado a hacerlo....eres como el agua de lluvia que ayuda a crecer a la planta para mí.
-Bueno, gracias por compararme con un líquido, me siento más halagado- río.
Lo abracé, y coloqué mi cabeza sobre su pecho.
-¿Es que tú nunca dejarás de hacer bromas?
-No si esas te hacen sonreír.
Mi mano se deslizaba por la tela de su suéter, con suavidad. Estuvimos así un rato, antes de que él se levantara.
-¿A dónde vas?- le pregunté.
-Voy rápido a la cocina, espera- respondió antes de salir de la sala.
No tardó más de 2 minutos. Cuando regresó, me encontró mirando pensativa el fuego.
-¿En qué piensas?-me preguntó a mis espaldas.
-En nada...es sólo que el fuego me trae muchos recuerdos- más malos que buenos, pero eso no lo dije-, y tú ¿a qué fuiste a la cocina?
-Ah, a traer esto- contestó, sentándose junto a mí de nuevo.
Traía una bandejita con un pedazo de pan.
Antes de que le preguntara de qué trataba todo eso.....Peeta me empezó a explicar, y yo supe inmediatamente a lo que se refería.
-No sé si recuerdas que hace muchos años había una tradición en el Distrito 12 de tostar un pedazo de pan y compartirlo para sentirse realmente casado. Con tanto alboroto por la boda, se me había olvidado por completo....hasta ahora.
-Sí, a mí también me pasó inadvertido- sonreí-. Y sí lo recuerdo. Mis padres hicieron eso cuando se casaron. Pero, Peeta, no sé si te das cuenta de algo....
-¿De qué?
-Pues, si se trata de quemar un pan y compartirlo, entonces tú y yo llevamos casados desde los 11 años...-reí.
Peeta río al recordar que él me tiró ese pan cuando yo estaba tumbada en el manzano de la panadería muriéndome de hambre, desesperada por un poco de comida.
-Bueno....de hecho, lo hice con esa intención, para hacerme la ilusión de que eras mi chica....-bromeó, y me besó en el cachete.
Ambos nos arrodillamos en el suelo, frente a la chimenea, y tostamos el pan.
Luego Peeta me extendió el pedazo, ahora un poco carbonizado.
Yo lo tomé de un costado. Sentía el calor a través de mis dedos. Igual que ese pan debajo de la lluvia....
Casi como una sola mente, los dos partimos en pan a la mitad, y cruzamos los brazos para que el comiera de mi pedazo y yo del suyo.
Sonreímos al acabar el último bocado.
-Tienes un poco de migajas aquí...-musitó Peeta tocando el linde de mis labios, con la boca un poco llena.
-Quítamelas...-susurré, sabiendo ya qué insinuaba.
-Está bien- sonrió y se acercó para besarme.
-¿Sabes? Este juego es muy tonto...-repliqué, con una sonrisa, cuando se separó de mí.
-Lo sé, pero es nuestro juego. Además, hemos jugado  peores juegos.....-se encogió de hombros.
A pesar de que su frase no fue algo tan importante, se me quedó rondando mucho tiempo en la cabeza.
"Siempre habrá juegos mucho peores"





Por fin el fuego había comenzado a ceder, y las llamas poco a poco se fueron apagando.
Peeta y yo observamos la lenta muerte de la fogata, pero aún así no decidimos irnos a la cama después de ya no escuchar su crepitar más.
Era ya muy tarde, tanto como para poder empezar a sentir el peso del sueño sobre mis párpados.
Sin embargo, éste no estaba allí, porque el tiempo no corría cuando estaba con él.
Cuando miraba sus ojos.
Me acomodé entre sus brazos, pues eran el único lugar en donde realmente me sentía bien.
Tomé una respiración profunda, pensando repentinamente en todo y a la vez en nada.
Parece increíble que alguna vez en la vida, nosotros dos no fuimos más que simples desconocidos. Que nos odiamos en algún momento, o nos necesitamos en otro. Que nos perdimos el uno al otro, y aún así nos volvimos a encontrar de nuevo. 
Parece increíble que por esta vez en nuestras vidas, ahora estamos sentados, esperando la llegada del alba, sin movernos porque creemos que si lo hacemos este hermoso sueño se evaporará en el aire.
Pero sonrío un poco y me abrazó más de Peeta, porque lo mejor de todo, es que por primera vez me gusta la realidad en donde vivo. 
Mi mano acaricia la suya.
-Gracias por estar aquí- murmuró, con cariño en la voz.
Al parecer lo dije muy bajo, porque él no me contestó.
Cerré por un momento los ojos, disfrutando del calor de su cuerpo.
Tal vez me hubiera quedado dormida....si algo no me hubiera interrumpido. 
Peeta me besó en la coronilla de la cabeza, y eso hizo que abriera mis ojos y me separara un poco de él para mirarlo de frente. Sonreí al ver sus preciosos ojos azules, y mi mano instintivamente acarició su mejilla.
-¿Katniss?-susurró él.
-¿Mmm?-dije.
-Ahora que me tienes, ¿qué vas a hacer conmigo?
Reí ante la insinuación del recuerdo.
¿Cuál fue mi respuesta la primera vez que me lo preguntó? Ah, si......:
-Ponerte en algún sitio en el que no puedan hacerte daño- sonreí-. Aunque no va a ser difícil. Ya nadie nos puede hacer daño nunca más.
Me incliné para besarlo, porque tenía necesidad de sentir ese calor que me recorre el cuerpo cada vez que lo hago.
Ese calor que sentí por primera vez cuando lo besé en la cueva....
Peeta apoyó su frente en mi sien. Podía sentir sus pestañas rozándome la piel. Sus ojos se reflejaban en los míos.....
Entonces, se detuvo el mundo cuando susurró:
-Nadie nunca más, mi amor.














































Bien, tributos, eso sería todo de mi parte.
Ahora les pregunto: ¿qué les pareció este último capítulo?
Espero que les haya gustado.
No esperéis un segundo más  comentarme todo lo que quieras!! Yo ansiosa aguardo a sus comentarios!
Saben que los quiero un muchototote! Les deseo que la suerte esté siempre de vuestro lado, además de muchos besos y saludos, tributos míos!♥
Se despide....



  Con Cariño♥
           Vuestra Escritora♥
                                   Meena ♥












sábado, 22 de noviembre de 2014

#SS: Capítulo inédito.

#SemanaSinsajo: Sexto día. 
Hola, mis queridos tributos. Sólo quiero decir: ¡YA ESTÁ LISTO EL CAPÍTULO FINAL!

Sólo me faltan unos cuantos detallitos, pero ya mañana lo publico, y doy por terminada la #SemanaSinsajo, al igual que la historia (aunque aún falta el epílogo, eh, no se preocupen). 
Bueno, hoy os traigo algo especial, porque, como preludio del gran final mañana, les he traído un capítulo inédito, ¿qué quiere decir esto? Un capítulo que escribí y que nunca publiqué.
Verán, cuando inicié la historia, a veces se me ocurrían cosas que pasarían en los  capítulos futuros como diálogos o situaciones que podrían funcionar, así que las escribía y cuando llegaba el momento de publicar ese capítulo, anexaba las cosas que ya estaban escritas.

Este texto que leerán a continuación, fue un capítulo que escribí cuando a penas iba en el Capítulo 4 de mi historia, pero que pensaba que fuera el Capítulo 10 o 11.....
Voy a refrescarles un poco la memoria sobre esos dos capítulos: es el período en el que Peeta tiene su flashback y se va del distrito, dejando a Katniss sola y triste porque ella nunca le pudo decir a él que lo quería.....
Bueno, ¿y si les digo que originalmente Peeta no se tuviera que haber ido?
Tenía tantas ganas de escribir un flashback de Peeta que estaba por seguro que iba a salir en un momento de la historia, pero lo de irse fue completamente improvisado, se los juro.
Pues en este capítulo inédito plantea la opción de que Peeta nunca se fuera cuando ataca a Katniss en uno de sus flashbacks.
La chica en llamas tenía razón en una cosa: si ella le decía que lo quería, Peeta a lo mejor nunca la hubiera dejado.
Eso exactamente relata este escrito.
¿Quieren leerlo?

viernes, 21 de noviembre de 2014

#SS: ¡YA VI SINSAJO!....digo: Mi opinión sobre Sinsajo parte 1.

#SemanaSinsajo: Quinto día.

Ay, tributos míos........en serio que no pueden creer en qué estado mental me dejó esta última película de la serie......
Ya mandé a hacer mi pulsera que dicta: "Mentalmente Desorientada!
Primero que nada: las disculpas.
No subí nada ayer por lo mismo de que estuve fuera todo el día porque fui al cine y cuando llegué a mi casa.....les juro que mi mente y cuerpo estaban en un estado de shock absoluto.
Creo que siguen estando así.
Y es que salí de esa sala con los ojos húmedos y el corazón  acelerado.
Sólo tengo que decir una cosa sobre el director:......¡Francis, lo has hecho de nuevo!
Digo esto porque la película es FANTÁSTICA, IMPRESIONANTE, Y SOBRE TODO, IMPACTANTE!!! MUCHÍSIMO!

#SS: La vida de Peeta y Katniss en dibujos *__* (atrasado)

#SemanaSinsajo: Cuarto día.  (Atrasado)
En primera, siento no haber podido haber subido esto ayer. En la siguiente entrada estará mi explicación.
Hoy es 2x1 en el blog aunque no sea miércoles! Porque ayer no tuve la oportunidad de publicar la entrada del día jueves.
Así que este día les traigo la entrada anterior y la de hoy, junto con una disculpa sincera de vuestra humilde escritora.
Pero bueno, pasemos a lo que venimos hoy.
Resulta que hace mucho tiempo, vagando por internet, me encontré un bello dibujo de Katniss y de Peeta junto con su familia(que es el que está a un lado, en la derecha) y me pareció tan pero tan hermoso que hasta lo puse de fondo de mi celular por algún tiempo. Pues unos días más tarde encontré otro de estos dibujos, y de repente, me puse la misión de encontrar todos los que pudiera. Son sencillos, graciosos y tiernos; me encantan porque la mayoría se tratan de nuestros amantes del Distrito 12 después de Sinsajo y me han servido de inspiración en algunos casos para escribir. Por eso quiero mostrarsélos a ustedes, tributos míos, y espero que les parezcan tan lindos como me lo parecieron a mí. Sólo un detallito: están en inglés, pero voy a tratar de traducirlos de alguna manera (perdonen si algo está mal traducido pero entiendan que yo no hablo inglés, una disculpa n___n)
Pues empecemos.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

#SS: Relato especial.

#SemanaSinsajo: Tercer día.
Tributos, como ya leyeron en el título, hoy toca un relato especial, y el protagonista es Peeta Mellark!
Ahora, ¿por qué Peeta? Bueno, hace mucho tiempo hice una encuesta sobre qué personaje quisieran que hubiera un relato en el blog, y ganó Peeta....así que, como nunca lo escribí, pensé que este iba a ser el mejor momento para hacerlo. (Para la otra no agregaré a Peeta, estáis advertidos ¡para que elijan a alguien más!)
¿Por qué el miércoles? Pues ¿recuerdan que eran los días en que se subían los capítulos del punto de vista del chico del pan? por eso.
Hace mucho que no escribía sobre nuestro diente de león, que ya tenía ganas de meterme de nuevo en su piel.
Ahora, este relato se sitúa en el último libro (obviamente, por algo se le llama #SemanaSinsajo) y me permití el lujo de inventarme algunas situaciones que pasó él mientras estaba como prisionero en el Capitolio......
Espero que de verdad les guste, a penas lo escribí ayer, así que no pasó por el "proceso de publicación" que es como un ritual que tengo de revisar mis escritos una y otra vez, cambiar palabras o hasta frases enteras para que quede perfecto antes de publicarlo. Incluso los leo a veces en voz alta, para ver si no suenan muy descabellados o tontos (lo sé, qué loca estoy)
Por cierto, hay una referencia a "Yellow Flicker Beat", a ver si la encuentran.....
Bueno, espero que les guste mucho!
Disfrútenlo!



martes, 18 de noviembre de 2014

#SS: Guerra de vídeos de Mockingjay Part 1!

#SemanaSinsajo: Segundo día.

Tributos hermosos! Aquí estamos un día más, y esta vez, como ya leyeron en el título, hoy les traigo una lluvia de vídeos sobre esta gran adaptación cinematográfica que todo mundo espera con ansias.

Ahora, quiero explicaros un poco que generalicé "vídeos" porque la primera vez que pensé en esta entrada, el contenido de ésta iba a ser sólo de las canciones que me gustaron del soundtrack de Sinsajo.
Pero (siempre hay un pero), al ver tantos clips y tv spots que hay, decidí que había que ponerlos también!
Disfruten de la entrada de hoy.....¡Mañana vendrá una sorpresa que todo mundo amará (o eso espero)!




lunes, 17 de noviembre de 2014

#SS :TOP 5: Escenas que espero ver en Sinsajo P1.

#SemanaSinsajo: Primer día.
¡¿Qué tal estáis, queridos tributos?! 
Esta es la primera entrada de la #SS! Y si no sabéis qué es la #SemanaSinsajo, la expliqué en la publicación anterior clic aquí 
¿Pueden creer que ya faltan unos días para que Sinsajo Parte 1 esté en cartelera y todos nosotros podamos ir a verla una y otra vez?
Como todos sabemos, el último libro de la serie de "Los juegos del hambre" es una montaña rusa de emociones. Aún recuerdo todo lo que lloré, salté, grité, o me emocioné cuando lo leía a pesar de haber pasado algunos añitos ya....
Ahora, con la expectativa de que estoy muy cerca de ver Mockingjay Part1, la emoción no me deja comer ni dormir, y, como buena lectora, tengo mi lista de situaciones y diálogos que quiero ver en la película (y que espero que los pongan), por eso hoy les traigo un top 5 de las escenas que yo quisiera ver del libro.
Pues ¡Empecemos!





sábado, 15 de noviembre de 2014

Especial "Semana Sinsajo" #SS ^^




Hola, mis queridos sinsajitos!
No, hoy no vengo por un capítulo (aunque debería), si no a comunicarles que en el blog se hará una actividad especial para celebrar que ya falta relativamente nada para Sinsajo Parte 1!!!
Yo sé que estáis emocionados, yo lo estoy (y mucho). 
A todos nos vuelve la fiebre tributo al máximo en estas fechas, te hayas o no acordado de los libros en todo el año (que dudo que lo no lo hicieras. Somos tributos, estamos todo el tiempo pensando en THG, dah), y por eso, ya que a mí me ha dado una "ligera" y conocida obsesión porque ya voy a ver la película, decidí preparar esto.
Ahora, ¿de qué trata la #SemanaSinsajo? Bueno, simple y sencillamente trata de que voy a subir entradas todos los días (LEYERON BIEN:TODOS LOS DÍAS) sobre la película, los trailers, imágenes y algunas sorpresas más! ¿Que cómo rayos me sacaré un tema del cual hablar en cada entrada todos los días?¿Y de dónde sacaré igual tiempo para hacerlas? ¡No lo sé!¡Pero ya se me ocurrirá algo!
Nah, no es cierto, naturalmente ya tengo una idea de la agenda de la siguiente semana. 

domingo, 2 de noviembre de 2014

Capítulo 47 ♥ (¡¡POR FIN!!)

Hola, mis queridos lectores enojados.♥
Ya no hagáis pucheros, que aquí está el capítulo prometido!
Lo sé, lo sé, si yo estuviera en su lugar, igual hubiera querido ir a la casa de la escritora y amenazarla de muerte. Pero bueno, me tocó ser la amenazada y no la que amenaza. Antes de todo, tengo que recordarles que el siguiente capítulo (el 48) será el último de esta historia. Pero, a parte de ése, llevo algún tiempo considerando también hacer un epílogo ¿qué dicen? ¿sí quieren que lo haga? El caso es que sólo quedan un par de entradas dedicadas a esta historia que inició todo y me estoy poniendo un poco nostálgica porque no quiero que acabe, y al mismo tiempo lo deseo para cerrar este libro del cual ya llevo mucho tiempo leyendo e iniciar otros que desde cuando les estoy echando el ojo. (Ajá, Es una metáfora de las historias nuevas que tengo en mente jaja)
Volviendo a este capítulo, al principio he estado insegura de publicarlo, porque hace tanto que no escribo que siento (y temo) que haya perdido el "toque", pero hace mucho que les debo este capítulo que no los voy a dejar que sigan esperando.
No se imaginan la de veces que he escrito y reescrito  lo que leerán a continuación en el cap, más porque en una escena especial que es la de los votos (ya la verán en algún momento) escribí miles y miles de discursos para los dos y ninguno parecía gustarme! Le agregué y le quité y espero que les guste el resultado.   ;)
Ya sé que hace mucho que no respondo a los comentarios, pero en este capítulo tomaré de nuevo la costumbre, asi que dejen su opinión abajo y a lo mejor charlamos sobre algunos puntos específicos del cap.
No escribiré más aquí para ya no entreteneros.
Disfruten la lectura. Y espero que les guste.♥





miércoles, 15 de octubre de 2014

¡Desaparecida! ¿En dónde rayos se ha metido Meena?

Si se lo preguntaban: no, no he muerto.
Sé que la última vez que publiqué una entrada fue hace mucho, y un capítulo ¡Ni hablar!
Y ahora vengo a pedirles disculpas por olvidarme de ustedes por completo.
Pero bueno, a lo que vengo es para relatar lo que me ha pasado durante estos dos (o más) meses en los que he estado desaparecida. Y también para contarles un poco de mí que creo que no os he dicho.
Vale, empecemos.
Tengo 15 años y soy de México. 
Este inicio de año escolar ha sido diferente ya que he entrado a la preparatoria y por mucho (créanme, POR MUCHO) está lejos de ser parecido a la rutina que tenía en la secundaria.
La escuela en la que me inscribieron es màs estricta de lo que me imaginaba, TANTO que si sacas menos de 8.5 practicamente estás sacando una calificación baja.
Así que, a pesar de que mi personalidad es lo más parecido a la de Hermione Granger ( o sea una nerd jaja), y nunca se me ha hecho complicado sacar 9 o 10, el llevar 12 materias y una extracurricular (juntando que en cada una hay que hacer proyectos, tareas, exposiciones) me ha desconectado del mundo por completo.
Tuve que dejar de leer y de escribir para acostumbrarme a este ritmo nuevo que no llevaba en el año anterior.
Entonces, cuando logré acostumbrarme a estar así, ya por fin pude organizarme para añadir poco a poco el escribir y el leer. Por eso publiqué un adelanto del capítulo 47. Pero, en eso llegaron los primeros exámenes y ¡PUM! otra vez sin  tiempo libre de nuevo.
Es estresante, porque, si se tratara de elegir, sin dudar eligiría hacer lo que me gusta y en lo que me siento cómoda. Pero bueno, son mis estudios y tengo que cumplir con mi responsabilidad.
Otra cosa: ¡Claro que he  visto todos vuestros mensajes! (Del amor pasando al odio) Y créanme que me dolía en el fondo del alma no poder daros el capítulo que querían. Pero todos los días tengo tanta tarea que lo único que quiero hacer acabándola es descanzar.
Pido mis más sinceras disculpas, tributos.
Bien, ahora, si ya llegaste hasta aquí ( felicidades, te acabas de leer todo un discurso aburrido de una escritora arrepentida) quiero decirte que la siguiente semana estará publicado (POR FIN, POR FIN) el Capítulo 47.
Así que ve leyendo el anterior ( para saber un poco de que va porque os doy por seguros que se les ha olvidado en dónde nos quedamos la última vez jajaja).
¿Lo esperáis con ansias, tributos?
Yo también.
Os quiero.

Vuestra escritora arrepentida, Meena ♥

viernes, 19 de septiembre de 2014

Adelanto de Capítulo 47

"Mantente con vida"
Al parecer, seguir el consejo de Haymitch iba a ser más complicado de lo que creía.
Cuando crucé el umbral de la sala, sentí que toda mi confianza se venía abajo.
Es obvio que todos voltean a ver a la novia cuando hace su entrada inicial, pero yo simplemente odiaba que todas las miradas se posaran en mí, vigilando cada paso que doy, cada movimiento que hago o expresión que pongo.
Así que la primera parte de un recorrido muy largo me la pasé viendo mis pies, vigilando que no fueran a dar un inesperado tropiezo.
Sentía a las emociones hacerse un nudo en mi estómago, y me pregunté: ¿Qué rayos le había pasado a esa tranquilidad que no hace más de 5 minutos me rodeaba? Parecía que nunca había logrado calmar mis nervios por unos minutos.
Comencé a sentir nostalgia de la sensación de que nada te preocupa.
Entonces, di en el clavo, y comprendí porqué había conseguido mantener los nervios a raya.
Fue Peeta. Sólo cuando lo vi en el patio trasero del edificio bromeando y sonriéndome hizo que se me olvidara todo por un momento.
Eso era.
Fue cuando levanté la vista. Y allí estaba mi prometido, con una gran sonrisa coronando su cara.
En cuanto vio que clavé mis ojos en los suyos, río con disimulo, alzando una ceja con interrogativa. Sonreí, aún recordando las palabras que nos dijimos antes de despedirnos.
Por fin llegamos al altar, y esa música horrible que es tradicional dejó de sonar para alegría de mis oídos. Haymitch, con una mirada significativa, extendió mi mano hacia Peeta, que no dudó ni un segundo en tomarla y arrastrarme hacia él.













Nos veremos muy pronto ;) 


domingo, 24 de agosto de 2014

Capítulo 46 ♥

Hola, mis queridos dientes de león.
Ahorita mismo estoy escribiendo esto a las 3:25 am, sin embargo publicaré la entrada unas horas más tarde.
Como ya he entrado al cole, no pude escribir el capítulo por las tareas y todo eso :(
 Pero ahora que es fin de semana, bueno, me estoy cayendo de sueño, pero ya está listo el capítulo. n__n
Además, he estado escribiendo algunos capítulos(muy pocos) de una historia que estoy haciendo, por eso la desvelada.
Espero que les guste el cap, ¿Estáis tan nerviosos como Katniss?
Una parte de él ya la tenía escrita, y sólo la tuve que anexar a todo el texto.
Así que ya saben, Lean ♥ Disfruten ♥ Amen♥





jueves, 14 de agosto de 2014

Capítulo 45♥

Hola, mis dientes de león!!
Ya estoy aquí....¡con un nuevo capítulo!
Es un capítulo muy especial. Me esforcé todo lo que pude en escribirlo. ¡No se imaginan todos los borradores que hice una y otra vez! Pero al final los terminaba eliminando porque no me gustaban cómo quedaban, así que este escrito me causó varios problemas, pero finalmente está aquí para ustedes.
Además, está excesivamente LARGO. 
Cuando lo empecé a escribir de verdad que no pensé que terminaría siendo muy grande. De hecho, no conseguía terminar un párrafo sin borrarlo y empezar a escribir otro nuevo.
Pero bueno, miren que es el doble de largo que el capítulo más grande que he hecho(el 20).Lo supera con creces, así que espero, REALMENTE ESPERO, que no os aburráis mucho.
Estoy emocionada de que lleguen al final, y me digan qué les pareció.
DE VERDAD, TIENES QUE LEERLO HASTA EL FINAL.♥♥
Ojalá les guste (y pidan por más)
Sin más preámbulos, os dejo con el ¡Capítulo 45!













Capítulo 45- Las dos cenas.








La iluminación en la habitación era tenue.
Sería porque las luces principales estaban apagadas, sustituidas por los resplandores de las velas, o los pequeños foquitos que están colgados en una parte de la estancia.
No es navidad, y sin embargo él había puesto luces navideñas.
Claro, aunque debo admitir que ese raro detalle le daba a esta velada un sentido especial. Me gustaba cómo se veía la decoración gracias a que las luces eran blancas, y no de colores como se acostumbra poner en el árbol de navidad.
La mesa también estaba adornada. El mantel era de un precioso color dorado. Las velas estaban decoradas con lazos plateados y los único que desentonaba ya eran los cubiertos y platos, claramente usados.
La cena que había preparado Peeta fue realmente deliciosa. Ese cumplido lo repetí, al parecer, con cada bocado que daba.
Era mi cumpleaños número 24, y por tal motivo Peeta se había esmerado tanto en los detalles.
Hace mucho que no me celebraba un cumpleaños como debe ser (según él, claro) y quería sorprenderme ampliamente.
Lo consiguió. Él siempre me sorprende.
Por eso, me extrañé que me dijera que íbamos a cenar en la panadería, en lugar de el bosque, el lago o la casa, como lo hemos hecho todas las veces. Incluso me llegué a preguntar, en forma de broma, que quizá Peeta estaba perdiendo ya la originalidad.
Me equivocaba.
Cuando llegamos, el lugar me pareció diferente, a pesar de haberlo frecuentado tanto como para aprenderme cada rincón a la perfección.
El local tenía un piso con piezas de color café, que yo había escogido, por cierto, y las paredes estaban pintadas de naranja y verde (nos peleábamos a cada rato sobre qué color ponerle. Yo abogaba por el verde y él por el naranja, así que al final nos rendimos, eligiendo los dos). Una parte del lugar había tres mesas con sus respectivas sillas, para uso de los clientes; ya después se hallaban las estanterías con diferentes tipos de pan, y hasta el final, la puerta que llevaba a la cocina, donde estaba el horno y todo lo demás.
Pero hoy se habían removido las mesas, a excepción de una, las luces decoraban las paredes, y las áureas estanterías se hallaban vacías.
Yo estaba sentada en una colchoneta que Peeta había puesto allí para quedarnos a dormir una noche. Mecía la copa de cristal entre mis manos cuando el chico del pan salió por la puerta blanca, caminando hacia mí.
Aunque ya no era más un chico.
En todo caso, su estatura había aumentado un poco más, si es que todavía podía crecer más. Su cara y mirada seguían siendo las mismas, lo único que desvariaba era la barba de la que siempre me quejaba cuando se le olvidaba afeitarla.
Pero bueno, seguía siendo mi chico del pan.
-¿Quieres más?-me preguntó, señalando la copa vacía. Asentí , tomó la botella de champaña de la mesa y me sirvió un poco.
-No le digas a Haymitch, pero he descubierto que me encanta la champaña- murmuré.
-¿Ah, sí? Bueno, entonces qué bueno que te lo regaló, ¿no?
-Sí. Diría que no, pero sí.
-Katniss.....¿desde cuándo te volviste una alcohólica?-se mofó.
-Cállate- le golpeé el hombro-, es culpa tuya, tú fuiste el de la idea de la cena.
Peeta rió. Él también se sirvió una copa y se sentó junto a mí. Nuestros hombros se rozaban.
-¿Por qué te quitaste ese vestido tuyo tan bonito, eh?-me reclamó.
Observé el vestido, colgado en la pared en frente de mí. Era de un rojo carmesí, con un moño atado en la espalda. Regalo de Effie.
Luego volví mi vista a mi vestimenta: unos pantalones de pijama y una playera suelta algo descolorida.
-¿Qué, acaso no me vas a decir que también me veo sexy hasta en fachas?- dije, sonriendo.
-No diré que no, principalmente porque puede que me pegues.
-Además, ¿de qué me reclamas, si tú también ya te quitaste el traje y te pusiste el pijama?
-Vale, tienes razón-se llevó la copa a los labios, dándole un trago a su bebida.
-Ya no te servirás más. No te dejaré. Es mío- susurré, quitándole la botella de la mano, con una sonrisa.
Peeta trató de recuperarla de nuevo, pero yo la defendía como podía. Empezamos a jugar como niños, como si los años no hubieran pasado como tal......
Al final de algunas risas, Peeta determinó que era mejor que la botella se quedara lejos de nosotros, en otra habitación. Su error fue que cuando se paró a llevarla a la cocina, esta ya estaba casi vacía.
La madrugada corría con rapidez. Miré la colchoneta....al parecer no íbamos a dormir, al fin y al cabo.
Conversamos un rato y las risas cada vez se oían más sonoras y continuas. Nos robamos algunos besos de nuestros labios y bromeábamos sobre lo que podíamos.
En una de esas, Peeta se incorporó y acto seguido me tendió la mano. Yo se la tomé, y fui feliz a sus brazos. Bailamos con música inexistente, dando vueltas por el lugar, primero con rapidez, hasta acabar con un baile lento.
En algún momento sus labios se quedaron más tiempo del necesario para un beso corto, y sólo eso hizo falta para detener todo lo que pasaba a mi alrededor. Incluidos mi corazón, mi respiración, y el baile.
Las mantas nos rodearon de un momento a otro, mientras no podíamos separar nuestros cuerpo uno del otro. Me abracé a él, y mis brazos se colaron debajo de su playera, buscando un poco de su piel.
Los besos se repartían en diferentes lugares a lo largo de mi cuerpo. Después de un tiempo, la ropa ya no pareció un obstáculo.
Nada podía arruinar esta perfecta velada.










-Katniss.....-escuché en mi oído.
-¿Humm?- solté un gruñido y me giré en sentido contrario de donde provenía la voz.
-Katniss....-oí de nuevo, esta vez fui capaz de abrir los ojos un poco. Unas franjas de luz se colaban por las cortinas.
-Ya es de mañana, linda.....despierta- me susurró dulcemente Peeta al oído.
-¿Por qué me duele la cabeza?-pregunté, llevándome una mano a la nuca haciendo una mueca.
-Vete tú a saber....¿quizá será porque ayer bebiste más de la cuenta?- sonrió.
No pude decir una respuesta ingeniosa para contraatacar su broma, ni siquiera pude replicar mas que con un gruñido.
Durante esa próxima hora Peeta me anduvo llevando del baño a la colchoneta. Me había traído agua y té para despejarme de esa sensación abrumadora que tenía encima y me pasó ropa para cambiarme.
Cuando empecé a sentirme mejor, me volví hacia él y sonreí.
-Gracias. No sé que haría sin ti.
-Vaya, creo que sigues algo mareada, tal vez enferma....-me palpó la frente, según midiendo mi temperatura. Quité su brazo de una manotada, y me incorporé lentamente.
-Tonto, lo volveré a repetir: gracias por cuidar de mí.
Peeta me lanzó una mirada significativa y por fortuna se acercó a abrazarme, ya que estaba empezando a dudar de mi capacidad para mantenerme de pie.
-Qué no haría por ti, amor- dijo, besándome la coronilla.




Lo primero que descubrí al volver a casa fue que el sonido del teléfono era la cosa más odiosa del universo.
Aún me martillaba la cabeza, como si mi cráneo no pudiera soportar más a mi cerebro, que de repente parecía no caber dentro de mi cabeza.
En realidad, sólo habían sido dos llamadas en todo el día, pero unos segundos me bastaron para que creyera que eran interminables.
Peeta me mandó a la habitación mientras él contestaba el teléfono.
Yo subí las escaleras con pesadez, y, en cuanto me tumbe en la cama, inmediatamente me dormí, como si no hubiera dormido nunca en ningún momento de la noche.....
Bueno, en realidad... eso fue casi lo que pasó....
Desperté con el sonido de una bandeja siendo puesta en el mueble a mi izquierda. Abrí los ojos. Tenía una sed infernal.
-Agua- fue lo primero que dijeron mis labios.
Un vaso apareció en medio de mi campo de visión, y lo tomé sin importarme de dónde había salido.
Después de tres vasos y medio, me volví hacia Peeta.
-¿Cuánto he dormido?
-Sólo dos horas- contestó, volviéndome a llenar mi vaso de cristal.
-Tengo hambre- dije ahora.
-Lo sé, no has comido nada desde la mañana. Te traje algo.
Puso la bandeja encima de mis pierna estiradas; yo comencé a meterme a la boca pedazos de la comida que me había traído.
Un minutos después de haber devorado la última migaja, me limpié con una servilleta.
-Gracias- susurré-. Tengo calor, ¿podrías abrir la ventana?
Peeta rió.
-¿Sabes? Ahora mismo te me haces parecido a un bebé...."Tengo sed. Tengo hambre. Tengo calor"- se burló, imitando mi voz, pero obedeció y en el instante en que abrió la ventana, un aire fresco entró en la habitación.
-Asegúrate de golpear a Haymitch la próxima vez que se le ocurra regalarme una botella de cualquier licor- me encogí de hombros.
-Lo haré, no te preocupes- sonrió.
-Bien, porque no quiero pasar por nada de esto otra vez en mi vida.
Durante 5 minutos sólo se oyó el tintineo de los trastes chocando unos con otros al ponerlos juntos en la bandeja, los pasos de Peeta bajando, y luego subiendo las escaleras, y el inevitable sonido del viento moviendo las cortinas.
Al llegar, Peeta se sentó en una esquina de la cama, y dijo:
-¿Ya te sientes mejor?
La cabeza ya no me dolía, ni sentía nauseas, aunque aún tenía mucha sed.....asentí con un movimiento.
-Bien- continuo él-, porque te quería decir que hace rato llamó Annie.
-Qué bien- dije, sin sentirlo, no porque no me agradara que Annie hallase llamado, sino porque recuerdo cómo la cabeza me quiso explotar en ese instante.
-Sí, quería felicitarte por tu cumpleaños e invitarnos a ir con ella toda esta semana....
-¡Uf!- musité.
-¿Por qué el "Uf" , eh?
-Ya sabes porqué, señor "No tengo tiempo de nada"- me quejé, cruzándome de brazos.
Desde que habíamos restablecido el local de la panadería, Peeta y yo habíamos estado ocupados. De lunes a viernes, de la mañana a la tarde, sin excepciones. Yo a veces no iba porque me quedaba dormida, o porque quería ir al bosque a cazar, pero sin ninguna duda, Peeta nunca había faltado ni un día al trabajo.
Peeta suspiró ante mi réplica.
-Lo sé, Katniss....pero tengo que estar aquí en la panadería.....
-¿No podrías no ir sólo esta semana, por mi cumpleaños?-hice un puchero.
-Lo siento, pero no- me cortó.
-Ándale.
-No.
-¿Sí?
-No.
Me rendí. No conseguiría nada.
-Hace meses que no vamos a visitar a Annie y a Finn.....tengo muchísimas ganas de verlos, y también a mi madre.....-dejé caer la cara en la almohada, derrotada.
-Oye....-me susurró, poniendo su mano en mi espalda-, que yo no pueda ir no significa que tú no.....
-¿Qué?
-Me refería a que tú te vayas pasado mañana, y yo te alcanzo el viernes en el Distrito 4.
-¿Qué?-repetí, de nuevo- ¿Estás seguro?-pregunté. Hace mucho que no viajábamos uno sin el otro. Siempre andábamos juntos.
-Sí, disfruta de la playa, de Annie, del pequeño y de tu madre....tienes razón que hace mucho que no los ves.
-Está bien- contesté después de meditarlo unos segundos-, pero....¿sí me alcanzarás el viernes?
-Claro, sólo serán tres días, estaremos bien.





Y, como dijo Peeta, dos días después abordaba un tren con destino al Distrito 4.
Ese día me sentía molesta porque 1) Peeta no me había ido a dejar a la estación 2) sino que Haymitch fue el que me despidió y 3) porque él se la pasó bromeando sobre que no sabía de mi pinta para la borrachera.
-¿Por qué rayos no vino Peeta?-dije, quizá con más veneno de lo que me proponía. Cuando desperté, él ya se había marchado a trabajar. Y ahora no se encontraba allí. La única persona que quería que se encontrara allí no estaba.
-Ya te dije: tenía un pedido muy importante que debía tratar con urgencia.
Me invadió una rabia de que un pedido importaba más que yo me hizo temblar de furia, pero un segundo después llegué a la idea de que no podía pedirle a Peeta que me prefiriera a mí en vez del mundo; eso sería demasiado egoísta.
"En fin, puedo sobrevivir sin él, antes lo hacía, ahora lo haré......Pero cuando llegue, lo llamaré y ya se enterará quién es la chica en llamas....."







Cuando estás en un relación, la otra persona en cuestión hace que te olvides completamente del mundo para que ella se convierta en tu mundo.
Peeta y yo salíamos desde hace 6 años.....que se me olvidaba lo que era estar sin ese alguien.
Viajando en el tren, pensaba que se me iba a ser muy difícil acostumbrarme a estar sin él, pero lo más sorprendente era de que la realidad era otra.
Esta vez no sufrí, no lloré, ni siquiera me sentí mal. Sólo deseé, con un poco de nostalgia, que me hubiera encantado besar sus labios una última vez.
Me concentré en ver por la ventana, andar por los vagones, pedir aperitivos, y disfrutar de una ducha en la tina que había en mi camarote.
Las demás horas las gasté viendo las películas que había en la televisión de mi habitación. En algún momento me quedé dormida....
Al despertar, me sorprendí encontrarme con la imagen estática en mi ventana.
Tomé mis maletas y bajé precipitadamente del tren.
Unas ganas inmensas de sonreír me atacaron al poner un pie en la estación del Distrito 4. Cerré los ojos y tomé una larga bocanada de aire. En efecto, olía dulce, rico.....tal y cómo lo recordaba.
En ese instante se me formó el la cabeza todos los planes que haría mientras mi estadía aquí: ir a nadar, jugar con el pequeño Finn, ver a mi madre, pasear con Annie por las calles de la plaza......
Comprendí que no podía hacer todo eso ese mismo día (aunque ganas no me faltaban), ya que el ocaso me recibió como todo, así que supuse que tendría que ir a casa de Annie a instalarme y ya mañana habría tiempo de todo.....
Sonreí, mientras empezaba a caminar.
No tardé en llegar a la casa de Annie.
Subí los escalones el porche y toque la puerta. Como nadie me abrió, decidí gritar, anunciando mi llegada.
No hubo ninguna respuesta por parte del otro lado. ¿Estarían aquí?
Puse mi mano en el picaporte y lo giré lentamente, éste estaba abierto.
Al entrar, coloqué mis maletas cerca de los sillones, y me tumbé en uno de estos. Entonces, a mi visión saltó una notita que estaba en la mesa de centro de la sala. La tomé para leerla. Rezaba:



"Búscame en la playa"


Encontré la razón de porqué nadie me abrió cuando toqué.
Todavía mantenía el papel en la mano, teniendo una lucha interna en si ir o mejor esperar a que volvieran....
Suspiré, incorporándome y dirigiéndome al sendero que llevaba a la playa.
La jungla siempre había sido más calurosa, no fresca (como el bosque), así que me abochornaba un poco la pesadez del aire. Podía ver, al final del camino, el sol ocultándose detrás del mar, combinándose con el agua.
El sonido de las olas golpeando la arena ya era inconfundible, y salí del sendero para que se extendiera ante mí, el mar de agua y arena.
Me extrañó que el ambiente estuviera demasiado callado. Volteé la cabeza para ambos lados, buscando una señal de vida.
-¡¿Annie?!-grité. ¿Es que acaso nunca iba a responder a mis llamados?
Seguí caminando, mientras la brisa marina me alborotaba el cabello.....
Pero si me habían dicho que estaban aquí.....
Al parecer, después de dar una ronda, nadie había allí más que el viento, la arena, el agua y yo.
De seguro esa nota es de hace horas. Salieron y se les olvidó quitarla.
Me encogí de hombros, pero no me di la vuelta para regresar por el sendero. En cambio, me acerqué a la orilla, quitándome los zapatos y poniendo los pies, esperando a que el agua llegara a ellos.
La espuma no tardó mucho en abrazarme los tobillos. Salpiqué unas gotas con el pie y después los enterré en la blanda arena.
Mi vista dio al atardecer. Me quedé un momento con la mente en blanco, admirando la preciosidad del fenómeno.
Entonces, un sonido rompió con la tranquila armonía que formaban el océano y el viento.....
Y fue una voz.
-Siempre he dicho que me encantan  los atardeceres.





Trastabillé, y casi caigo por la sorpresa.
Me había dado un susto de muerte y lo único que podía hacer era estar parado, como si todo fuera una broma y que, no hace más de dos segundos, me había causado un infarto mortal.....
Era curioso que en gran parte del día la mayoría de mis pensamientos no hubiesen sido dedicados a él y sin embargo, ahora lo tenía ante mí, como materializado de un sueño.
-Peeta....-dije, sin dejar de entrecerrar los ojos. Aún tenía la mano en el pecho, y podía sentir cómo subía y bajaba con una frecuencia anormal-. Peeta.....-repetí. No me lo terminaba de creer.
De repente me di cuenta de que anhelaba abrazarme a él, a pesar de no haber estado extrañándolo a cada rato.
-¿No vas a decir otra cosa a parte de mi nombre?-sonrió.
-Peeta....-dije, y me reí por eso-. Yo...creía que el viernes tú......¿qué pasó con la panadería?
Él salvó la distancia que había entre nosotros y susurró:
-Puede esperar.
Entonces, por fin ya cerca de mí, me puse de puntitas y le besé los labios, porque desde la mañana tenía antojo de hacerlo.
-Tienes que explicarme qué haces aquí, y ahora- le pedí, después de separarnos.
Al parecer, él ya tenía planeado lo que iba a decir, se lo veía en la forma de pararse, de no tartamudear, como si esto fuera una obra de teatro y él se la hubiera pasado horas enteras repasando su guión.
En mi mente surgió la posibilidad de que ya había planeado esto anteriormente.....
-Verás, mi primera excusa será que quería sorprenderte.
-Lo has logrado.
-Sí, como tú lo dijiste: era tu cumpleaños, así que una semana de vacaciones no nos hará ningún mal.
-Gracias- sonreí, abrazándolo, emocionada porque me pudiera acompañar.
-Espera....-suplicó, quitando mis brazos de su cuello-, aún hay más.
Comenzó a caminar. Con un movimiento en la cabeza me indicó que lo siguiera y luego me tendió la mano, la cual yo tomé sin duda. Cogí mis zapatos con la otra, antes de abandonar el lugar en donde estábamos.
-Siento no haber podido ir a la estación, pero....bueno, estaba en un tren de camino aquí, así que le pedí a Haymitch que hiciera un favor.
-¿O sea que tú llegaste antes que yo?-le pregunté.
-Sí.
-¿Y Annie, por cierto?
-Salió con el niño, me quedé solo aquí.
-Pero hay una cosa que no entiendo, ¿por qué llegar temprano?¿No simplemente podías haberte ido conmigo?
-¿No dije que te quería sorprender, Katniss?
-Lo sé. Pero es que.....-suspiré-, no sé, yo....
Pero él me interrumpió.
-También recuerdo haberte pedido que esperaras.....aún no me he explicado por completo.
-¿Y, entonces, por qué no lo haces y ya?-musité, un poco impaciente del juego de siempre irse por las ramas, en lugar de ir al punto.
Por fin el sol estaba totalmente oculto. Había oscurecido. Yo seguía prestando atención a los ojos de Peeta que cuando, de entre toda la oscuridad, noté una iluminación diferente.
Volví mi mirada y me topé con un lindo picnic posado en la arena.
-No dije nada....-me dijo Peeta al oído-, porque quería ver la cara que ponías.




Las llamas de las velas se movían por el viento, pero había una lámpara de mano que ayudaba a la iluminación por si estas se apagaban.
-Te presento mi segunda excusa-sonrió.
-¿Otra cena, Peeta?-recriminé, pero me empecé a reír-. ¿Tú quieres alimentarme hasta engordarme y después comerme?
-Creo que sólo te comería, sin necesidad de las primeras dos opciones-susurró en mi oído, y le pegué una manotada.
-No, ya, ¿no crees que son muchas cenas en una semana?
-Sólo van dos y, además, sé lo mucho que te gusta comer.
-La mitad de mi vida me la pasé muriéndome de hambre, es obvio que me gusta comer-bromeé, pero a Peeta no le pareció tan gracioso como a mí.
-Annie fue mi cómplice en esto- dijo, evitando mi broma. Ambos nos sentamos, y él empezó a sacar las cosas de la canasta-. Ella preparó la cena, así que esta vez no tienes que agradecérmelo a mí.
Cuando vi que Peeta sacó una botella de vidrio, yo abrí mucho los ojos.
-Es jugo de manzana, eh.
La comida consistió de un motín de mariscos precedentes del distrito, pan para acompañar y el jugo de manzana.
Al terminar, ambos nos sentamos juntos para platicar.
-¿Sabes? No hice esta cena sin tener un buen motivo.
-¿Y cuál es ese?-pregunté con la vista en el océano.
-Pues, mira, mi primer intento de cena salió bien.....pero hubo un error.
-¿Un error?¿Es la primera vez que algo que planeas no sale como esperabas?-me mofé, ya que parecía que todo lo que se proponía Peeta se cumplía a la perfección.
-Muchas cosas que he planeado no salen como yo esperaba- replicó.
-Bueno, pero si la anterior cena fue perfecta, no veo el error- murmuré.
-Es cierto que todo salió perfecto.....pero faltó una cosa.
Me puse a meditar qué sería esa cosa. Miré sus ojos.
-Pienso que esta cena es diferente porque me recuerda a esas noches del Vasallaje. Estar aquí, sentados en la arena, vigilando el mar, me recuerda a esa vez que me diste el medallón y me dijiste tenía que vivir. 
-Y luego tú te abalanzaste sobre mí......
-Y luego nos interrumpió Finnick.....
-Su cara fue épica.
Reímos a carcajadas, reviviendo el momento en nuestras mentes.
-Creo que, a pesar de decirte que eras tú la que se tenía que salvar, la que tenía que seguir con su vida....una parte de mí se resignaba a renunciar a ti- admitió.
-¿Por qué? En ese tiempo no siempre fui buena contigo, no te daba lo que tú me dabas a mí, ni esperaba sentir lo que tú sentías por mí.
-Porque te quería. Fueras como fueras, tanto si estabas en mi vida como si no, si me amabas o me ignorabas. Yo te quería. Y por eso me arriesgaba a perder todo con tal de fueras feliz.....Aún sigo pensando eso.
Pasé una mano por su cabello y luego me acerqué a sus labios para besarlos.
-Pues en este momento soy feliz- le dije, sonriendo. Me contestó de la misma manera.
El silencio abordó un instante la conversación, mientras yo me acomodaba un mechón de cabello detrás de la oreja a causa del viento. Dejé tranquilo mi cabello y puse una mano sobre la de Peeta.
-¿Recuerdas la perla....?-pasó un brazo por mis hombros y recargué mi cabeza en su cuerpo.
-Sí, aunque no sé en dónde rayos quedó.....
Ambos nos reímos.
-Yo sí sé dónde está- susurró, muy bajo, como si eso fuera un secreto. Luego se incorporó, tan espontáneo que yo también me paré.
Vi que rodeaba el picnic, hasta la canasta, que había acabado arrumbada un metro más allá.
De entre los platos sucios y servilletas, sacó una cajita negra.
-A mi se me hace que sacaste una nueva de una ostra y hacerla pasar por la vieja, Mellark-reí.
-No, de verdad, créeme, es la vieja. Lo sé.....la encontré debajo de la cama de la habitación de tu casa.
-¿En serio, hace cuánto?
-Muchísimo-contestó.
-¿Y por qué no me dijiste?
-Supongo que esperaba el momento adecuado para dártela.
-¿Para dármel.....
Pero no terminé de decir la oración.
Y el propósito de la segunda cena, el error de la primera, y las últimas palabras que había dicho encajaron perfectamente cuando él.....
Cuando él se puso de rodillas.
Podría decir que me llevé la mano al pecho mientras soltaba risitas nerviosas. Podría decir que comencé a decir "Oh por Dios" a cada rato, o a gritar de emoción dando saltitos en mi lugar.....
Pero eso sería mentir. Y la verdad fue esta: me quedé impávida. Petrificada.
No podía mover ni un solo músculo. Estaba seguro de que si seguía conteniendo el aire me pondría morada hasta desmayarme.
-Katniss....-prosiguió Peeta-, la verdad es que sé que tú nunca has visto como un afán el casarte con alguien y formar una familia. Lo sé, si no lo supiera, no me hubiera demorado hasta hoy, hasta este momento, después de tanto tiempo de estar juntos......Pero, ¿sabes algo? si no me hubiera tardado todo ese tiempo, no habría comprendido de que tú y yo no necesitamos un anillo en nuestros dedos para saber que nos necesitamos, extrañamos....y amamos. Sin embargo, tengo la ilusión de verte con un vestido de novia, y bailar contigo como esposo y esposa....así que, es sólo una pregunta, y te prometo que ya no tendrás que enfrentarte a ella nunca más, elijas lo que elijas.......Katniss Everdeen, ¿te gustaría casarte conmigo?
Me temblaban las piernas, estaba claro que me iba a derrumbar.
Di algo. Di algo. Lo que sea. Di algo.
Fueron sólo 5 segundos. Silencio absoluto. Sólo 5. Yo mirando el anillo que tenía incrustada a la perla, mi perla. Peeta mirándome a mí, con una rodilla en el suelo, su mano derecha sujetando mi mano y la otra la cajita con el anillo.
5 segundos en los que se paró el tiempo y corrió rápido a la vez.
Sólo me bastaron 5 segundos para contestar.
-Sí.



















Os dejó unos segundos para que respiren y exhalen.....respiren y exhalen....
Okay, no.
Y así fue el esperado momento que ustedes me estuvieron suplicando desde hace largos meses....
Un dato curioso: La primera cena iba a ser el capítulo definitivo. Iba a ser ahí cuando Peeta le pediría matrimonio a Katniss. Entonces, ese primer pedazo del capítulo lo había empezado a escribir hace algunas semanas, sabiendo que lo iba a continuar después....
Lo que pasó fue que, cuando quise retomar el escrito, después de tanto tiempo,se me había olvidado completamente los diálogos y situaciones que iban a hacer este capi especial....
Ese fue el "error" que cometí yo. (Soy tan despistada, nunca escribo lo que voy a poner en una libreta y luego se me olvida u__u)
Y, como Peeta, ése iba a ser el momento........ nada más que él no contaba con que Katniss se le pasaran las copas JA,JA, JA.
Sí, si se lo preguntan....Katniss borracha fue totalmente improvisado, y me pareció una situación muy cómica como para no ponerla aquí  :3  n___n
Bueno, la segunda cena sí iba a ser la indicada, y me gustaría que me comentaran qué les pareció :)







-K: Oh, ¡tú la encontraste!
-P:Tú...tú la habías guardado....
-K: ¡Claro que la había guardado! ¡Se me cayó de mi bolsillo ayer!
*Una semana después*
-K:¡No otra vez!(Malditos bolsillos)


Jajajaja :3 
Algo así pasó en el capítulo de hoy, pero en lugar de darle un collar, Peeta le dio un anillo ♥__♥  










Entonces, ¿les gustó?♥¿sí?¿no?¿Lo amaron?¿Lo odiaron?¿Os aburrió?
Díganme qué les pareció en los comentarios!!!!
GO, GO GO!v
Bueno, esto sería todo por hoy, mis tributos. 
¡Os mando besos, abrazos y saludos a todos ustedes, a cualquier parte del mundo que puedan estar!♥
Os quiero. Cuídense.♥




        Con Cariño♥
               Vuestra Escritora♥
                                           Meena♥