miércoles, 29 de enero de 2014

Diente de león: Capítulo 3- Punto de vista de Peeta.ツ

Hola, hola, dientes de león!
Aggg, sé que prometí subir en sábado, pero bueno, no se pudo. Después iba a publicarlo el domingo y.....se me descompuso el ordenador. Cuando la computadora ya pudo prender era lunes....y ya no tenía sentido subirlo.
Sin embargo, hoy MIÉRCOLES HAY CAPÍTULO DE PEETA.
Lamento que tuvieran que esperar una semana :3
Llegar a éste capítulo es como continuar lo que me anduvieron pidiendo en muchos comentarios, ya que la parte 3 de ésta historia nunca fue escrita....hasta ahora CHAN CHAN 
Jajaja solo le quiero agregar algo de dramatismo jajaja ok no.
Pasando al capítulo, espero que les guste!
Se darán cuenta de que resumí un poco lo que pasa en el capítulo 3 y en el 4, para ir rápido jajaja Tiene que ser así si quiero llegar a la parte en la que vamos ahorita en la historia de Katniss.
Mañana ya es mi último examen *suspira*. El fin de semana estoy de vuelta con ustedes con ganas renovadas! No olviden que en éste mismo se publicará el Capítulo 36!















                                  Capítulo 3:Auto-control.










Estar ante ella, verla de nuevo, fue como si hubiera estado bajo las profundidades del agua y hubiera emergido por primera vez a la superficie.

No sé bien cómo explicarme; sólo que todos mis sentidos y sentimientos se dispararon a la vez. Al igual que los desenfrenados latidos de mi corazón.
Sin embargo la sensación no me gustó al principio, ya que experimentaba algo parecido cuando me daban los flash-backs.
Fui el primero en hablar, porque Katniss se quedó petrificada, como si yo fuera una ilusión.  Eso me dio la idea de que tal vez no le agradara ver a la misma persona que trató de matarla hace algunos meses.
No la culpo.
No reacciona bien hasta que percibe lo que en realidad he estado haciendo en su jardín. Ve la pala con una mueca que muestra sorpresa, como si fuera la primera vez que la nota allí. Sinceramente, a mí también por un momento se me olvidó que la tenía en la mano.
A su mirada interrogativa, digo:
-Fui al bosque esta mañana a desenterrar éstas. Para ella. Creo que hay que recordarla así.
Por primera vez, la observo.
Claro, no es no la haya visto antes, porque lo hice, pero en realidad, esta vez la escruto de pies a cabeza, tomando nota de cada característica de ella. Su ropa, su rostro, sus ojos grises, su cabello....recogido en una trenza, igual que siempre.
A pesar de todo, hay algo que me llama mi atención inmediatamente: su mirada triste.
Al principio pensé que eran imaginaciones mías.....pero no; su postura,con los hombros un poco encorvados; las mejillas caídas, como si no hubiera sonreído hace tiempo; las vastas ojeras que rodeaban sus ojos, manchas oscuras abstractas a su piel, que estaba más pálida de lo normal; y su mirada, tan alicaída y melancólica, que me estremecía sólo con verla.
No.....ésa no es la Katniss que yo conozco.....aunque, en realidad....¿Por qué digo que la conozco, si tengo muchas dudas respecto a ella? Y, a pesar de que la mayoría de los recuerdos del pasado han vuelto a mí, tengo una leve sospecha de que, ni cuando aún no estaba lavado del cerebro, no la conocía lo suficientemente bien para saber el próximo movimiento que pudiera hacer.
Por esa razón, lo que hizo a continuación me tomó completamente desprevenido.
Corrió hacia mí....y antes de que pudiera reaccionar, sus brazos ya estaban en torno a mí.
Bien podría decir que la sorpresa de aquello me habría tirado al suelo sin necesidad de que ella se hubiera lanzado sobre mí, sé que una reacción de cariño de Katniss me habría hecho trastabillar, ya que la tenía en un concepto de esas personas que son frías y que no demuestran un sentimientos tan fácilmente.......pero, bueno, sabía que tenía sus razones para comportarse así.
Volviendo a lo anterior, no me caí...pero casi. 
Por suerte, logré mantenernos en equilibrio sin permitirme quitar los pies el suelo.
Seguía sintiendo su abrazo, cada vez más fuerte....¿No me iba a quedar rígido sin hacer nada, o sí? Y, al plantearme esta pregunta en la cabeza, lo que hice fue corresponderle el abrazo.
Comprobé, con una ligera sorpresa, que no hubo resistencia alguna. La apreté más contra mí, como si mi cuerpo supiera instantáneamente lo que tenía qué hacer, como si él supiera cuán importante era ella para mí ,y sólo mi mente era la única que no reconocía mis sentimientos, poniendo objeciones, sumergida en una guerra de dudas y confusión.
Arrastré todos esos pensamientos, dejando mi cabeza en blanco, para concentrarme más en su presencia.
Me encandilé a su cuerpo, tan cercano al mío. A su olor. A su respiración. Y a los latidos de su corazón. Noté algo resurgir desde mi pecho, una sensación remota que no me inundaba desde hace tiempo.....Me agradaba. Me gustaba. Era cálida, no fría como el miedo, algo que siempre me atormenta seguido.
Sabía que en el hospital, a los enfermos los sedaban con morflina. Pero, a veces, no sólo era para los enfermos: había gente que se volvía adicto a ella.
Un ejemplo: los vencedores del Distrito 6 en el Vasallaje. Les encantaba pintar, igual que a mí, así que tuve oportunidad de entablar conversación con ellos más de una vez en los entrenamientos para los juegos. En una ocasión, me contaron qué era estar bajo los efectos de la morflina.
Ésto era algo parecido. Con la sensación de que todo a tu al rededor parecía desaparecer, se volvía borroso; luego, que una felicidad (extrañamente grande) te habitaba cada vez más, casi obligándote a sonreír, aunque estuvieras en la depresión total. Tus pies se elevaban del suelo, al igual que si te salieran alas. Por último, dabas un respiro, y era como si por fin el aire entrara en tus pulmones de nuevo, que casi te preguntas qué era con lo que andabas sobreviviendo anteriormente.
También, por primera vez desde hace meses, presencié la huida de una bruma oscura que oscilaba dentro de mí. Fue cambiada por la esperanza de algo mejor, más grande que la que había sentido al ver ése amanecer esta misma mañana.
-Te he echado de menos- dice ella.
Lo que me despierta en una gota de agua salpicando mi hombro.
¿Una lágrima?
-Yo también, Katniss-las palabras salen con sinceridad, sin que las cavile antes-, más de lo que te imaginas.
¿O será que más de lo que me imaginaba y me suponía yo? Tal vez.
Con rapidez, levantó su rostro y me miró a los ojos. Observé esos preciosos ojos suyos antes de caer en cuenta de algo.
Quería besarla.
¿Por qué?
No lo sé, pero sentía unas ganas enormes de juntar mis labios con los suyos. Estaba desesperado por hacerlo.
Ella clavó la mirada en mi boca, e inclinó la cabeza al mismo tiempo que yo lo había hecho.Quizá, no era sólo yo, si no que ambos ansiábamos probar los labios del otro.
Tal vez fue suerte (o maldición) cuando nuestro antiguo mentor, Haymitch, hizo su aparición, interrumpiéndonos.
Lanzaba manotazos al aire y gritos al verme. El líquido de la botella que llevaba en la mano se movía estrepitosamente con cada sacudida. Al percatarse de que estábamos a punto de besarnos, el parloteó, divertido, ante la idea.
Qué bueno que Katniss sólo le dedicaba miradas de odio a él, porque su atención se centraba en Haymitch y no pudo ver que enrojecí hasta las orejas. Él se dio cuenta de lo que hacía, rechistó un comentario sarcástico y se alejó por donde había venido.
-Hey, apuesto a que no camina más de 10 metros- le digo a ella, obligándome a sacar una risita tonta para despejar el calor que me rodeaba el rostro. Consigo que Katniss se ría y acepte la apuesta.
Sinceramente, tenía fe de que mi antiguo mentor llegaría a su casa antes de derrumbarse. Por eso, cuando vi que mis predicciones resultaron ciertas, y él se cayó a los 5 metros, me dominó una risa sofocante.
Al final, después de tomar un poco de aire, Katniss y yo acabamos recogiendo a Haymitch del suelo para llevarlo a su casa. Hacemos algo con su el desastre que es él y su propia casa. Limpiamos antes de retirarnos, dejando a un Haymitch limpio y tranquilo (que es a la vez desconocido) en el sillón, en el que duerme plácidamente
La acompaño hasta su casa al salir.
Mientas caminábamos, pienso en que esto era ya mucho para mí. Que, después de dejarla, inmediatamente me iría y no la vería hasta el día siguiente.
Había una razón: estaba perdiendo el auto-control.
Una característica que sólo Katniss Everdeen podía sacar de mí. (Eso fue ironía) Y, con "auto-control" no me refería precisamente a que de un segundo a otro me le saltaría encima y la trataría de ahorcar. No. Sino a que no me había dado cuenta de que verla de nuevo fue un activador de los sentimientos del pasado. Como si no hubiera pasado nada......como si no le hubiera gritado que la odiaba anteriormente, en esos meses de oscuridad.
Llegamos más rápido de lo que suponía. Estaba dispuesto a dar una corta despedida, decirle que me había agradado verla e irme como un rayo fugaz hacia mi casa.
Luego miré sus ojos.........¡Oh, no!¡Tenía que mirar sus ojos!
Me apoyé en el marco de la puerta.
¿Qué estás haciendo?
-Pensaba....- en irme corriendo y escapar de ti....y de mi falta de auto-control-....que tal vez podrías ir a mi casa- ¿qué rayos dices?- ¿Qué te parece?- Bien, buen intento, Peeta.
Sonrío tontamente para que no se note la pelea interna que tengo conmigo mismo.
-Claro, Peeta. Ahí estaré- sonríe Katniss.
No me puedo engañar: sentí alivio al saber que aceptaba y que la volvería ver más tarde.
-Vale; bueno, te veré después- sonrío.......y como ya tiré todo a la basura desde hace mucho, continuo-....y, Katniss, sólo una cosa más.....
Le doy un beso en los labios.
En realidad, le iba a dar un beso en la mejilla....pero ¿A quién quiero engañar?
Ahora sí, me alejé. Corriendo.
Me encuentro parado en la entrada de mi hogar. Observo a mi lado. Katniss ya se ha metido a su casa.
Una sonrisa aparece, sin que yo la invite, al pensar en sus labios.....al pensar en ella.
Definitivamente, el auto-control lo daba por perdido.
Adiós a las resistencias. Sólo quería sentirla una vez más, quería......quería quererla.
Y algo me decía que no iba a ser tan complicado cumplirlo.
.








¿Y bien?¿Les gustó?

 ¿les encantó?¿Lo amaron?¿Lo odiaron?¿les aburrió?¿sí?¿no?
Todas las opiniones son válidas.
Dejadme en los comentarios qué les pareció el capítulo :3




Azucarillos, me tengo que ir corriendo a estudiar.

Les deseo los mejor para vuestra semana.
¡Nos veremos pronto, con el cap 36 y el sábado con la continuación de esta historia!
Adiós :)




                                      Con Cariño

                                                       Vuestra Escritora
                                                                                  Meena

viernes, 24 de enero de 2014

Capítulo 35♥

Hola, hola, mis dientes de león!
¡Ya, ahora sí, está aquí el capítulo 35!
Pff! Creo que ya he dicho que tengo exámenes, una disculpa por no haberlo subido. Por cierto ¡Me ha ido de maravilla! Estoy contenta por eso :)
Ah! Hoy sabremos la fecha del cumpleaños de Peeta :3
De un comentario, elegí la idea que más me gustó, pero más que nada, porque se ajustaba fácilmente al rumbo de la historia sin necesidad de hacer muchos cambios. 
Aun así, ¡les doy las gracias por sus comentarios y sus opciones!¡Todas eran fantásticas, de verdad!
Ahora, hablando sobre el capítulo, espero que les guste. Casi siempre (no sé por qué) siento que los caps no me salen o no son muy buenos que digamos. Luego los publico y leo sus comentarios y es como akjshdjkhfdkjksjahf GRACIAS. 
Es por vosotros que la historia continua, su opinión es importante, y si me piden algo, trato de hacer lo posible por incorporarlo en la historia (un ejemplo: el capítulo de hoy)
Hoy es viernes. Mañana sábado se publica el Capítulo 3 del punto de vista de Peeta.....¿lo esperan con ansias? :)
(en realidad, aquí falta una hora para que sea sábado jajaja)
Pasemos a la lectura, sin más enredos.
Ya saben:
Léanlo♥Disfrútenlo♥Ámenlo♥Comenten.













Si os gusta Joshifer, ver el vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=I2kJCxXODwQ

Son Jenn y Josh, siendo Jen y Josh haciendo tonterias y jugando en el set de CF :3








Aquí un Gif de ellos que aparece en el vídeo.
¿No son adorables?





                                   Capítulo 35: Una mentira.










A mediados de septiembre, casi a finales, Peeta y yo volvimos juntos al bosque.

Esta vez, la lección sería cómo seguir los rastros y huellas de un animal. Seguirle la pista a los animales iba a ser difícil con el (demasiado) ruido que causaba Peeta al caminar, en cambio, los iba a espantar. Pero traté de ser positiva y no pensar en eso cuando partimos.
No nos fuimos hasta entrada la tarde.
Peeta desapareció en la mañana, se comportó un poco extraño cuando se despidió de mí y luego se fue. Me quedé allí, acostada en la cama, reflexionando si algo de lo que yo hubiera dicho o hecho un día anterior lo hubiera enfurecido. Aunque no se mostraba enojado....sólo algo serio. Extraño.
Despejé esas cosas de mi cabeza al levantarme.
No supe de Peeta hasta que me habló a mediodía para preguntarme si podíamos ir al bosque. Acepté encantada, notando que la actitud de la mañana se había esfumado por completo.
Tal vez fueron alucinaciones mías.
Me encontré con él afuera de su casa, me sonrió en la lejanía y yo le contesté de la misma manera.
-¿Y bien?¿Cuál será la lección de hoy?- curvó los labios.
-Nada que nos conlleve problemas-sonreí, sin tratar de pensar en el problema del ruido-. Vamos.
Charlamos animadamente durante todo el trayecto, riéndonos de algunas cosas, y peleándonos de otras...aunque, al final, siempre terminábamos riendo.
Al internarnos en el bosque, vi que temblaba un poco.
-¿Tienes frío?-pregunté.
-No- respondió automáticamente, luego sonrió-, es solo que hace aire hoy.
Cierto, el viento soplaba un poco fuerte y cada vez el ambiente se enfriaba más conforme avanzábamos en el otoño.
Como si al estarlo pensando lo hubiera invocado, un soplo de aire frío me recorrió los brazos.
-Creo que debimos haber traído algo un poco más abrigador- comenté. Ese día no traía la chaqueta de cazador de mi padre y Peeta tampoco traía nada más que ropa ligera.
Aún así, eso no nos detuvo de lo que íbamos a hacer.
Empezamos las clases como siempre lo habíamos hecho, yo le explicaba y después le dejaba intentarlo. Cuando avistamos a un pequeño conejo brincando por ahí, le indiqué a Peeta que lo siguiera para ver hasta donde el animal notaba de su existencia. Al principio lo hizo muy mal, pero después de unos cuantos consejos logró hacer una mejoría a como empezó.
Me harté de perseguir huellas de animales y le dije a Peeta que ahora los íbamos a cazar.
-Peeta....tengo que ir por las armas ¿Te importaría esperarme aquí hasta que yo regrese?- le dije.
-Claro que no, Katniss. Aquí estaré, esperando a que regreses-sonrió.
Asentí y comencé a caminar hacia el lugar en donde se guardaban los arcos y los cuchillos. Tardé un poco en llegar.
Al fin me topé con el tronco hueco. Saqué las armas. Mi arco cruzó mi hombro y un cuchillo se depositó en mi bota izquierda. Estaba dispuesta a sacar otro arco para Peeta.....cuando algo a unos centímetros del tronco me distrajo.
Me acerqué para ver las huellas que se dibujaban en el suelo, a medio metro de donde me hallaba.
Eran huellas de un lince.
Recordé esos tiempos en el que un gato montés me seguía a todas partes, y que eso hizo que Gale dictaminara que mi nombre oficial sería Catnip.
Hace mucho que no se veían huellas parecidas. Me entró la curiosidad y las empecé a seguir, pensando en que tal vez me encontraría con el animal unos metros más allá.
No me daba miedo un encuentro. Tenía las armas suficientes para defenderme antes de que me atacase.
Me pasé un buen rato siguiendo es rastro en la tierra. Me pareció decepcionante no encontrar nada como resultado. De verdad quería volver a ver uno de esos majestuosos gatos salvajes que no todos los días tenías la oportunidad de observar.
Al acabarse las huellas que seguir, me encogí de hombros y emprendí mi camino hacia donde había dejado a Peeta.
El canto de los sinsajos me acompañó durante todo el trayecto. Había parado de hacer viento y ahora todo se veía sumido en una inmensa calma. El poco aire que soplaba hacía mover las hojas de los árboles, el fru-fru que éstas causaban era tranquilizador y relajante. Si esto lo combinabas con los suaves silbidos de los sinsajos, se creaba una nana excelente para cerrar los ojos un momento y dormitar un poco.
Descubrí que sonreía al pasear la mirada por la periferia.
Despierta, Katniss me reprendí. Mis pies habían detenido la marcha y mis ojos se dedicaban a admirar el paisaje. Sacudí la cabeza y seguí caminando sin poder borrar la sonrisa de mi rostro.
Por eso me gusta tanto el bosque......me siento feliz aquí.
Llegué muy animada al lugar en el que recuerdo haber estado con Peeta.
-¡Peeta!-grité, riendo- ¿Has oído a los sinsajos? ¡Es maravilloso!
Me di cuenta de que había hablado antes de fijarme si allí había alguien o no. Me percaté, al llegar, que no había nadie, y mi pregunta rebotaba con un eco entre los árboles.
-¿Peeta?-dije hacia la nada- ¿Peeta, en dónde rayos te has metido?
No hubo respuesta.
Puse los ojos en blanco. Sus cosas seguían ahí, pero tal vez vio a otro conejo y se fue en su búsqueda, o también caminó un poco más allá para admirar el paisaje. No puedes culparlo, tú también estabas embelesada hace unos momentos.
Con un resoplido, salí a buscarlo, siguiendo sus pisadas.
Una vocecita de advertencia me empezó a poner los pelos de punta mientras caminaba. Un escalofrío me recorrió la columna vertebral. Empezaba a ponerme nerviosa con cada paso.
¿Por qué? No hay nada por lo que preocuparse. Tranquilízate.
Pero Peeta se hallaba en un lugar, cerca de aquí, con un lince rondando por los alrededores.
Y sin armas.
Casi comencé a correr, llamándolo a gritos.
Su voz me rebotaba en las paredes del cráneo:
"Aquí estaré, esperando a que regreses" "Aquí estaré"
Aquí estaré.......









Un sonido. Un "crack", o lo que sea que hubiese sido.
Mis pies cambiaron de dirección en cuanto lo escucharon.
-¿Peeta? ¿Peeta, dónde estás? ¡Respóndeme, por favor!- chillaba.
Corrí, cruzando los arbustos, apartándolos de un manotazo. Era como volver a Los Juegos del Hambre, siempre corriendo para salvar tu vida.....o, en este caso, la de Peeta. En algún momento me ví desesperada por encontrarlo. Agucé el oído para ver si oía su voz, pero el silencio me volvía más paranoica.
Me detuve cuando se me acabó el aire. Jadeaba.
Al levantar la vista y observar lo que tenía enfrente, di un brinco de sorpresa.
Allí estaba él.....acurrucado.....
Tirado el el suelo.
El corazón, que estaba a un ritmo veloz y desenfrenando, pareció detenerse de repente.







-¡Peeta!
Tropecé un poco por el apuro, pero en seguida me repuse. Llegué cerca suyo en cuestión de segundos. Me tiré de rodillas al lado de su cuerpo.
-Peeta.Peeta.Peeta.....¿estás bien?- lo tomé entre mis brazos y mis manos rodearon su cara.
 -¿Katniss....?-parecía que se acababa de despertar de un sueño. Su voz apenas fue un susurro.
No le contesté, estaba ocupada revisando si no tuviera una cortada o algo parecido.
-¡¿Estás lastimado.....herido....?!¡¿Te duele algo?!¡¿Qué pasó?!
-No....-tosió-, no estoy herido, ni me duele nada.....-contestó.
-¡Pero....!¡Pero te encuentras derrumbado en el suelo!
-Lo siento....Yo...yo estaba caminando...quería entretenerme un poco mientras tú no estabas, y, de repente, me mareé y creo que me desmayé.....
-¿Has comido algo?- le interrogué.
-No, nada desde la mañana....
-¿Por qué?- le regañé-¡¿Por qué no me dijiste?!..No lo sabía....no debí traerte así al bosque....
-No, no te culpes.....fui yo él que no mencionó nada, lo siento- sonrió levemente. Sabía bien que siempre trataba aplacar las cosas con una sonrisa. Un truco tramposo, ya que ésta misma me hacía perderme en las nubes.
Le acaricié una mejilla.
-Tienes un poco de fiebre- dije, pasando las yemas de mis dedos por su piel.
-Supongo que ha de ser por lo mismo.
-Es mejor que volvamos a casa- propuse y él asintió- ¿puedes caminar solo o necesitas ayuda?
-Me las arreglaré solo- murmuró.
-Y la terca siempre soy yo ¿no?
Peeta sonrió.
-Vale, Katniss. Te dejaré ayudarme, si es lo que deseas.
-No es porque lo deseé, estás débil....necesitas mi ayuda- bufé.
-No es para tanto...¿ y ahora qué?¿Me llevarás en brazos?-se burló.
Fue imposible no acordarme del día en el que me encontré con Gale de nuevo, aquí en el bosque; en el panecillo; en el recuerdo y nostalgia de Peeta martilleándome la cabeza, en mí derramándome por el suelo, y Gale cargando conmigo.
-Camina- le espeto-. No pienso a pelearme contigo sobre esto- pasé un brazo debajo del suyo y rodeé su espalda con él. No quería reprocharle nada más, ya que yo había hecho lo mismo en algún tiempo. Medito la idea de contarle a Peeta que me pasó algo parecido cuando él se hallaba en el Distrito 4....pero pienso que mencionar a Gale, o a mí cayéndome desmayada por negarme a hacer otra cosa más que chillar, no le vendría bien en estos momentos.





Lo primero que hice al llegar a casa fue sentarlo en la mesa.
En cuanto empecé a saquear la cocina en busca de comida vi que él se paraba a ayudarme.
-No- lo empujé de nuevo a la silla-. Tú te quedas allí, ¿está bien?
Creo que puso los ojos en blanco y soltó una risa que fingí no haber escuchado.
Al final calenté algo de comida que encontré en el frigorífico, la serví en platos, y le pasé uno de ellos a Peeta para que empezara a comer. Luego serví dos vasos de agua y me senté en una silla en frente de él a comer yo también.
Estuvimos en silencio mientras masticábamos y pasábamos los bocados.
Sí que Peeta tenía hambre, devoró su plato rápidamente y se sirvió un poco más. Le noté más activo y reanimado cuando terminó de comer, cosa que pareció quitarme un peso de encima.
Cuando se volvió a sentar, me miró, cruzando los brazos y poniendo los codos sobre la mesa.
-Gracias, Katniss....digo, por la comida- me sonrió.
-Hice lo que pude- me encogí de hombros-. Me hubiera gustado cocinar algo, pero tú ya tenías que comer....además, no soy buena cocinando-comenté, observando el recalentado que engullía.
Enseguida de acabar el plato, vi que Peeta se paraba y lo tomaba.
-Déjame llevarlo- me pidió.
Yo, como toda una terca que soy, se lo prohibí.
-No, ya los lavo yo, no te preocupes.
-Katniss- puso un tono de advertencia-, déjame hacerlo, de verdad. Tú ya nos serviste la comida.
-Que yo lo quiero hacer -digo exasperada e irritada. Luego suspiro-. Lo siento, no estoy acostumbrada a que alguien más haga las cosas por mí- río un poco pero suelto el plato y dejo que él lo lleve al fregadero-. Supongo que pelearemos sobre quién hará las tareas domésticas el resto de nuestros días.
-No las apañaremos-sonríe.
Él se dirige a lavar los trastos. Yo veo durante un rato sólo su espalda. Observo los músculos de sus brazos, enmarcados por la playera que trae. Sonrío. Me acerco a poner una mano sobre su cuello y a colocarme a un lado de él.
-¿Qué haces?-pregunta, sonriendo, terminando de lavar y secándose las manos.
-Nada. Te acaricio. ¿Algún problema?-levantó las cejas.
-Ninguno- aclara. Se vuelve y me toma del rostro para alzarlo y hacer que nuestras narices casi se rocen. Disfruto del olor de su piel tomando un respiro profundo. Dejo caer los párpados, con una diminuta sonrisa formada por mi boca. Siento cómo mis manos van desde sus costados hasta su espalda. Lo empujo hacia mí y por fin juntamos nuestros labios.
-¿Me perdonas que te hiciera preocuparte esta tarde?-me susurra al separarnos.
-¿Por qué habría de perdonarte?-reprocho, viendo cómo su cara cambia en una fracción de segundo-.....Si no hay nada de lo cual disculparse- concluyo con una sonrisa. Su expresión se relaja de nuevo-. Yo....lo entiendo....- dije, sin dar más explicaciones del porqué.
-Me gusta que te preocupes por mí- rió cerca de mis labios al acariciarlos de nuevo con los suyos en un segundo beso.
Sigo el beso, que se intensifica un poco más que el primero....
-Peeta....¿A dónde fuiste esta mañana?- mi pregunta nos interrumpe.
-¿Qué?- dice-....Ah, a ningún lugar, en realidad....
-Entonces ¿qué hiciste?-insistí.
-Nada- responde, cortante de repente-. Nada que valga la pena oír.
-¿Por qué no me lo dices?- le miro. Suspira, abatido.
-Fui a la panadería......a ver qué puedo salvar de ella- sonríe.
Pero eso me suena a mentira. Y, como he dicho, a veces él tapa sus preocupaciones con una sonrisa inocente.
-Qué bien- sonrío, sin dar señas de que no me tragué por completo su historia.
Peeta parece aliviado de que no le interrogue más.
-Katniss- me vuelve a pegar a él, retomando la sesión de besos. La caricia de sus labios en mi cuello hace que me olvide de todo lo que platicamos anteriormente- ¿Recuerdas que te debía un secreto?
-Oh, cierto- admití, rememorando ese día que hicimos las galletas-. Entonces ¿Y cuál era?- le paso la mano por la mejilla.
-Una sola cosa: El 12 de octubre- murmura en mi oído.
-¿12 de octubre?¿Y eso es.....?-pregunté.
Su mirada encontró la mía. Sus ojos azules brillaban cuales astros refulgentes en el cielo nocturno.
Sonrió.
-¿También recuerdas que, cuando me acordara, te iba a decir la fecha de mi cumpleaños? Bueno, allí está. Es el 12 de Octubre.













Ya extrañaba mi "parte malvada" que os hace estar en tensión jajajaja ¿funcionó?¿Creen que debería sacarla más seguido?





A los que no saben: el 12 de octubre es el cumpleaños de Josh Hutcherson, el actor que interpreta a nuestro chico del pan.
Este capítulo y la fecha del cumpleaños de Peeta fueron sacados del comentario de Carolina Saah, que dice algo más o menos así:
"Mm sobre el cumpleaños de Peeta pondria 12 de octubre ya que es el cumple de Josh*suspira*♡
En fin seria bueno que le pusieras algo de accion y suspenso aunque me encanta el romance eso tambien iria bien para ir variando:) "
Creo que, como ella dice, hay que ir variando, por eso este cap ni el anterior fue puro romanticismo. 
Espero no haberos decepcionado no poniendo más romanticismo.
Caro, no fue mucha la acción y el suspenso, pero algo es algo jajajajaja n___n






Ahora, díganme: ¿Qué les pareció?¿Les gustó?¿Lo aman?¿Les aburrió?¿Lo odian?¿Sí?¿No?
Dejadme lo que queráis en los comentarios!


Oh, ¿Ya sospecharon lo que Peeta le oculta a Katniss? Supongo que ya ¿verdad?
Este cap es esencial para algo que pasará a continuación. :D No digo más.


Esto es todo por hoy, azucarillos!
¡Nos veremos mañana con un capítulo de Peeta! ¡No olviden comentar en esta entrada!¡Y en la de Peeta también!

Me despido, deseándoles que tengan un buen fin de semana.

Miles de besos para ustedes, lectores.



                                                Con Cariño
                                                        Vuestra Escritora
                                                                                    Meena

 
















miércoles, 22 de enero de 2014

Diente de león: Capítulo 2- Punto de vista de Peeta.ツ

Hola, mis azucarillos!
¿Cómo están? Espero que bien.
MIÉRCOLES= CAPÍTULO 2 DE PEETA!
Veo que les ha gustado el primer capítulo ¡Gracias por sus comentarios!
Por cierto, siento no haber podido subir el Capítulo 35, pero ¿Adivinen qué? Sí, estoy en semana de exámenes y he tenido que estudiar un montón (no por nada he sacado 10 en los 3 primeros que he hecho)
Prometo, doy mi palabra, que en el fin de semana (seguramente el viernes) lo tendrán ¿Okay?
Pasando al capítulo, ya sabían que éste era uno de los que ya estaban publicados, pero aquí la cabeza hueca de Meena lo borró, así que he tratado de darle una estructura de lo más similar a la que tenía el otro. He hecho lo que pude. Ojalá les guste....no, ¡Les encante! Y, si tienen algo de qué quejarse, recuerden que aquí la cabeza de su escritora está a punto de explotar por tantos estudios. Una disculpa adelantada.
No tengo mucho que agregar, sin más preámbulos......¡Aquí está el seguimiento de la historia narrada por nuestro diente de león!
Léanlo♥Disfrútenlo♥Ámenlo♥Comenten.









                                    Capítulo 2:Prímulas.







Es de madrugada cuando llego a mi casa.

Por un momento me detengo en la puerta, congelado, con la mano en el picaporte. Respiro profundo antes de girarlo y pasar.
Al entrar, la oscuridad y el polvo acumulado en los muebles me dan la bienvenida.
Se siente absolutamente raro y fuera de lugar que todo esté en silencio, que todo esté comido por las sombras.
La última vez que recuerdo haber pisado éste suelo aún vivían mis padres y mis hermanos. Recuerdo ver a mi padre horneando algo en la cocina, a mi madre aseando las habitaciones y a mis dos hermanos, ambos sentados en la sala de estar, junto al fuego, degustando de una cena que en nuestra antigua vida nunca nos habríamos podido dar el lujo de disfrutar.
Cuando volví al Distrito 12, coronado como uno de los vencedores de los 74 Juegos del Hambre, las cosas en mi familia cambiaron un poco. A menudo los hallaba viéndome con pena. No me gustaba, como si no me fuera a recuperar de la experiencia que he pasado. Y claro que no lo hice, pero detestaba que me miraran así, tapando su compasión debajo de sonrisas y gestos de afecto. También se formó un nuevo respeto, parecía que por haber ganado la sádica competición a muerte que organizaba el gobierno, me convertía automáticamente en alguien con la sangre asesina corriéndole por las venas.¿Que acaso tenían miedo de mí? Eso lo odiaba.
Yo no era así, yo seguía siendo yo, nada me había cambiado. Pero la actitud de las demás personas hacia mí sí, mi familia.....Katniss....
Subí las escaleras sin siquiera molestarme en encender la luz. Al llegar al segundo piso me fui directo a mi habitación y cerré la puerta con desesperación detrás mío. Como si quisiera escapar de la nostalgia ahora convertida en los fantasmas que se ocultaban entre la profundidad de las sombras. Dejé la maleta en una esquina y me lancé a la cama, levantando una ligera capa de polvo.
No sé cuánto tiempo estuve mirando el techo.
Veía a las sombras de los árboles, o lo que sea que estuviera a fuera, danzar y arremolinarse, movidas por culpa del viento. No me di cuenta de que había cerrado las manos en un puño hasta que sentí una punzada de ardor en la mano. Las relajé y  comencé a masajearlas distraídamente.
Me senté en el borde de la cama, porque pareció que por un momento se me cortó el aire.
Mi vista dio hacia la ventana. De pronto, todo el tiempo que me la pasé aquí me cayó encima. Después de observar un rato el paisaje, me di cuenta de que no quería estar allí.....No..... quería irme, lejos. No quería estar cuando la luz del sol iluminara todo y tendría que enfrentarme a las cosas de mi familia, aún puestas allí, como si no hubiera pasado nada, como si ellos hubieran salido un rato y regresarían en cualquier momento. No quería enfrentarme a los recuerdos de mi pasado. Lo había hecho durante mucho tiempo, ya no lo soportaba más.
Fue un error, fue un error regresar.
Sabía que dormir no iba a hacer más que empeorar las cosas.
Sin pensarlo, me incorporé de un salto y me fui corriendo de mi habitación, cruzando rápido la casa para salir de ella, hacia la espesura de la noche.
Me detuve cuando los pulmones parecían estar a punto de estallarme dentro del pecho y la adrenalina me recorría las venas. Jadeante, me miré las manos. Tenían algunos rasguños. Me volví y miré a mi alrededor.
Me encontraba en el bosque.
Conjeturé que la alambrada iba a detener mi marcha....pero ya no había alambrada que me impidiera el paso. 
Supuse que los rasguños de las manos me los hice al cruzar la maleza que limita al bosque. Las ramas debieron ser. Aunque ni percibí cuando pasó aquello.
Hacia frío. Me rodeé con los brazos, en un abrazo, y encogí un poco el cuello.
Debía regresar a casa.....pero ¿que no se supone que huí de ese mismo lugar?¿había una razón buena para volver?
Si la había, mi mente no la encontró por ningún lado.
A pesar de que nunca me he internado en el bosque, ni lo conocí realmente, mis pies no giraron; seguí mi camino, como si aún los recuerdos vinieran detrás de mí, persiguiéndome.
Simplemente me dije que necesitaba algo de aire fresco para tranquilizarme, por lo que avancé, sin ningún conocimiento precario sobre el paisaje.
Mientras caminaba, al mirar los árboles alumbrados por la luz de la luna, un pensamiento se me formó en la mente:

Verde.....el verde es su color favorito.

Sacudí mi cabeza y apreté lo ojos un momento para luego abrirlos, pero no bastó.

Ella es cazadora....y adora el bosque. Ella.....

Mordí mi labio inferior, para que el dolor ahuyentara mis pensamientos. Funcionó. Retiro la presión antes de que el labio me empiece a sangrar.
Al cabo de un rato de tranquilidad, y de seguir caminando, aparentemente ya sin ninguna molestia, su nombre me volvió a atacar.

Katniss. Katniss.Katniss.

Ecos susurrantes de aquellos mutos blancos con olor a rosa......
Comencé a correr para despejar mis ideas, o, por lo menos, a alejarlas lo más posible de mí.
Tuve que parar al llegar al fin de la colina.
El paisaje se había aclarado un poco, levanté la vista y vi el porqué.
A lo lejos, detrás de las montañas, el sol está a punto de salir. Conforme hace su marcha, varios colores se apoderan del cielo; blanco, gris ,azul, amarillo, naranja, rosa......todos y cada uno de ellos, combinados como en un lienzo para pintar....
Me tiene especialmente maravillado el color naranja. Me pregunto por qué será hasta que un recuerdo ataca mi memoria:
-Tu color favorito es el verde...¿cierto?
-Sí....y el tuyo es el naranja-dice ella.
-¿Naranja?-pregunto, confundido, ya que no lo recordaba, no desde que me había a costumbrado a ver gris, negro y blanco en las celdas del capitolio, había llegado a pensar que esos colores eran los únicos existentes. 
Su voz que saca de mis pensamientos.
-No el naranja chillón, sino el suave, como una puesta de sol-dice-. Al menos, eso me dijiste una vez.
Cierro los ojos y trato de ubicar el recuerdo, pero no sale, y sólo veo oscuridad. Me tendré que fiar de ella, así que asiento-. Gracias.
Aunque me sorprende que no me corta ahí, como siempre, sino que dice más:
-Eres pintor. Eres panadero. Te gusta dormir con las ventanas abiertas. Nunca le pones azúcar al té. Y siempre haces dos nudos a los cordones de tus zapatos.
Y dicho ésto, se aleja; dejándome cuestionarme cosas que ni yo sabía de mí mismo.... 
He cerrado los ojos. Los abro y parpadeo un momento para acostumbrarme a la luz.
-Ella sabe cómo soy- susurro. Eso me arranca una sonrisa, porque se siente bien que ella sepa lo que yo no sé de mí. Mi vista va a dar a la escena del amanecer, con una sonrisa en los labios.
Respiro hondo y los pulmones se me llenan de aire puro y fresco.....Entonces comprendo ¿Por qué me daré por vencido?¿Acaso la vida no tiene suficientes cosas maravillosas(como este amanecer, por ejemplo), para que lo haga? De ahora en adelante, me prometo luchar y seguir caminando.....seguir viviendo.
Vuelvo a pensar en Katniss al notar el sol pegándome en la cara, y me propongo a mí mismo que algún día la traeré a contemplar el amanecer, para que ella pueda ver la maravilla de vivir como lo veo yo ahora.
Más animado, bajo la colina y emprendo el camino a casa.
Cuando voy caminando, me topo con unas flores que se me hacen reconocidas cercanas a las grandes ramas de un árbol.
Prímulas.
Son demasiado bellas, tan frescas y hermosas. Me recuerdan mucho a su hermana, a Prim, y no sólo porque lleven su nombre. O, bueno, Prim llevaba  el nombre de ellas.
Se me ocurre algo de repente. Me pongo feliz, ya que casi nunca se me vienen ideas a la cabeza. Por lo tanto, ésto hace que vuelva corriendo a casa, tome una pala y un contenedor, y regrese a toda prisa hasta donde encontré las prímulas.
Me la paso la mayor parte de la mañana escarbando la tierra con la pala y desenterrando las flores de ella. Cuando ya están todas en el contenedor que me sirve como macetero improvisado, me voy directamente a la casa de Katniss.
Llego a ella al estar cerca del mediodía.
Una punzada de emoción me recorre la columna vertebral, tal vez la vea en este mismo instante.....
No. Su casa está en completo silencio, como si no hubiera nadie en ella.
Aún así, eso no me detiene a lo que vengo a hacer.
Quito las malas y secas hierbas de su jardín delantero y comienzo a plantar las bellas flores. Al principio me cuesta un poco de trabajo, porque el sol se ha puesto fuerte y nunca he sido un jardinero excelente. Pero al final, doy el último palazo, y quedo satisfecho con el trabajo.
Miro un momento, con la pala todavía en la mano, el jardín. Mis ojos van a dar a su ventana, y pienso que lo mejor es irme, antes de que salga o llegue.....Sí, eso es....
No te engañes, Peeta, si lo que quieres es verla...me dicta mi mente. Pienso en no hacerle caso y dar media vuelta....hasta que un sonido me detiene.
La puerta se ha abierto y alguien aparece en el umbral.
Es ella.
Con el cabello un poco alborotado y sus ojos grises, que me ven, incrédulos.
Parece un sueño, uno de esos que tengo al pensar en su nombre por las noches. Ojalá hubiera alguien a quién preguntarle si esto era real o no....pero sus palabras fueron las que me bajaron la cabeza de las nubes, como una bofetada que enterraba mis pies en la realidad.
-Volviste.
Su voz. Hace mucho que no escuchaba la voz que me enamoró por primera vez......
¿Y qué le contestarás, eh?
No importa, no podía, me había quedado sin palabras. Lo único que pude hacer fue formar una sonrisa creciente en mis labios.







¿Recuerdan que las prímulas que se encontró Katniss en el primer capítulo eran las mismas que Peeta entierra en su jardín?Buenoo, si no se acordaban, ahí tienen el dato :)



¿Y bien?¿Qué les pareció?
Dejadme su opinión en los comentarios :)
¿Les gustó?¿Lo amaron?¿Les aburrió?¿No?¿Sí?



Me tengo que ir :) Les deseo una bonita semana!
Adiós.
Miles de besos y azucarillos para vosotros, mis lectores!


                                      Con Cariño
                                                 Vuestra Escritora
                                                                             Meena
            

sábado, 18 de enero de 2014

Diente de león: Capítulo 1- Punto de vista de Peeta.ツ

Mis dientes de león!
Es sábado y........¡HOY TOCA CAPÍTULO DE PEETA!

¡Volvemos a comenzar desde el principio! y esto contesta a la pregunta: ¿Si ya estaba subido el primer capítulo, porque lo vuelves a poner?
Bueno, he borrado la entrada que se llamaba "1000 visitas" en donde se encontraba el capítulo de Peeta. Pero no os preocupéis, está aquí mismo, abajo, sólo con unos ajustes que he hecho para darle una dirección al sentido que quiero que vaya la historia y que, cuando escribí el primer "borrador" si así lo pudiéramos llamar, no lo tenía bien claro. En si, ¡Lo he mejorado! Un poco. :3
Los que ya habéis leído el capítulo, volverlo a leer para detectar  qué se le han anexado. Y los que no tuvieron oportunidad de leerlo....¡Disfrutadlo!


Un dato: Un día estaba escuchando una canción y, de repente, se me vino a la cabeza lo que a continuación van a leer. No se le puede encontrar mucho sentido si le comparamos con el capítulo, pero....no sé....al terminar de oírla me empecé a preguntar qué pensó Peeta después de la guerra.
Ah, cierto, la canción se llama "All this time" de One Republic. Aquí se las dejo:
"Pero estoy destrozado como podría estarlo donde quiera que ande"
All this time-One Republic.










                           Capítulo 1:Quiero volver a casa.










La velocidad del tren me deja sin aliento.
Sentado en la ventana, veo cómo todo el paisaje pasa tan rápido.
Me aparto bruscamente, me recuerda a los flashes que saturan mi mente. Esas imágenes,  esos espantosos recuerdos, que siempre me invaden, para después dejarme tirado en el suelo retorciéndome.
Cierro las persianas de la ventana para dirigirme hacia mi compartimiento. Al entrar cierro la puerta, y me siento en la orilla de la gran cama. Estiro el brazo para alcanzar la pequeña maleta negra que es mi equipaje.
Es todo lo que llevo, sólo es la poca ropa que me empacó Effie Trinket, nuestra antigua acompañante en la época de los juegos,  antes de salir del Capitolio.
Me aseguré de tomar el tren  lo más temprano posible,  para llegar al  Distrito 12 al menos entre la noche y la madrugada.

Todavía me pregunto por qué regreso....

El capitolio no estaba del todo mal.
Al principio, odiaba estar allí. Me sentía como un prisionero más que como un paciente, como cuando me capturaron; de vez en cuando, me llegaba a preguntar si todavía no acababa la guerra y si seguía allí, preparándome para otro castigo inimaginable......, aunque eso sólo eran las trampas de mi mente.
Ahora el control del país lo llevan los rebeldes y no el Capitolio, no obstante, aún así,  recordaba todo lo que me pasó en esos muros de piedra gris, de todas las torturas de las que fui testigo....de la sensación de pensar en tu inminente muerte cada mañana al despertar.....O, al menos ,yo sí pensaba en ella; pero aquí estoy, con el corazón aún latiéndome bajo el pecho.
Si soy sincero, llegué a meditar que la muerte hubiera sido la mejor solución para acabar con todo esto, con las pesadillas.....me lo he planteado más veces de las que me gustaría aceptar.
No me siento orgulloso por ello.
Hay noches en las que no puedo cerrar los ojos, no sin ver horribles imágenes atormentándome, cazándome.
En fin, quedó claro que estar en ese hospital suponía algo terrible para mí. Ahí entraban los calmantes, la medicación y otras drogas que me metieron en el cuerpo, eso aminoró el temor que sentía por el lugar.
No sé si esa es la verdadera razón por la cual me terminó gustando el Capitolio, tal vez era que se comportaban muy bien conmigo, que con el tiempo la angustia fue desapareciendo, no lo sé......pero me basta con tener una opinión buena. Lo demás no me importa ya.
 Una de las personas que me apoyó mucho fue el Dr. Aurelius, que  me estuvo ayudando a curarme de mi "secuestro". Fue un proceso muy largo, muy tedioso, más de lo que esperaba, pero al final él me ha dejado, por fin, libre.
Estuve meditando el significado que tiene para mí la palabra "libre" desde que la oí en los labios del hombre. Después de tres días, llegué a la conclusión de que eso significaba una sola y única cosa.
Volver.
Por lo tanto, cuando me  recomendó que me fuera a vivir al Distrito 2, no acepté la oferta.
Mi decisión fue volver a mi hogar, al único lugar que pertenezco...al Distrito 12.
Ayer fui hasta su despacho y le comuniqué que me iba esa misma tarde, él se paró y me miró a través de sus lentes de cristal:
-Peeta ¿Estás seguro de que quieres regresar?- me escrutó con la mirada.
Tragué saliva ¿Seguro? no del todo......... aun así mentí
-Sí, seguro- dije con voz firme pero la mano me empezó a temblar, tuve que esconderla en la bolsa del pantalón.
No habló, simplemente me miraba, como si con sus ojos intimidantes pudiera  hacerme cambiar de opinión.
-De acuerdo - murmuró después de un silencio, y de observarme de pies a cabeza- Pero te vas mañana ¿Está bien?
Asentí, era un trato justo, no podía pelear más.
Le conté a Effie que me iba. Me ayudó hacer las maletas, y en la mañana me llevó a la estación del tren.
Con lágrimas en los ojos se despidió dándome un abrazo.
- Eh, Peeta, me saludas a Haymitch y a .. Katniss ¿Está bien?- lo último pareció decirlo con precaución, como si al mencionar  el nombre de ella me haría explotar, o algo parecido.
- Ah, claro, Effie- le sonreí  y subí al vagón. Llegué hasta la ventana donde le di un último adiós con la mano. Ella sacó un pañuelo para limpiarse las pocas capas de maquillaje que le corrían por el rostro a causa de las lágrimas.
La miré con detenimiento, recordando sus días de resplandor, cuando usaba peluca coloridas, sus trajes extravagantes, y su maquillaje excéntrico.
Ver a la mujer parada en unos zapatos de piso, con un atuendo normal, y el maquillaje corrido, hizo que por un momento sintiera que ella era una desconocida.....Aunque la caída del gobierno anterior nos trajo cambios a todos, éste es el máximo que le pudo pasar a esta mujer.....y ha salido bien parada, si lo vemos con otros ojos; digo...¿Qué es lo peor que le pudo haber pasado?¿Ya no poder usar el tinte fosforescente para cabello?
En eso, el tren parte, la pierdo de vista, y todos mis pensamientos sobre ella se quedan estancados en la estación del tren.



Todavía tardaré en llegar al 12 porque apenas llevo unas cuantas horas viajando. Deshago la cama y me meto en ella, tratando de dormir.No he dormido desde hace 2 días; simplemente, dormir para mí es una tarea difícil de lograr, al igual que tratar de escalar las montañas que rodean la gran ciudad del Capitolio. Mientras pongo mi mente en blanco, acaricio las sabanas y me cubro totalmente con ellas. No tengo sueño, pero las cobijas son tan suaves que, tan sólo unos minutos después, el insomnio me cobra la cuenta y me quedo profundamente dormido.

En mis usuales pesadillas me asalta un recuerdo, un recuerdo de ella, de Katniss.
Recuerdo el inmenso dolor que me habían causado las picaduras de las rastrevíspulas, y me sentía mareado, y apunto de desplomarme. Sin embargo, el sentimiento que reinaba más que otros era el miedo. Sabía que Cato andaba cerca y casi pude verlo matándola de cien maneras diferentes (bueno, eso sólo era una alucinación causada por el veneno) y el temor  más grande que he sentido se apoderó de mí: el miedo de perderla.
El instinto de protegerla, a la chica que amaba, salió a la luz. Recordé el gran alivio que sentí cuando la vi ,allí, tambaleándose, atontada por el veneno de las avispas, aún sin que Cato llegara a ella.  Corrí a su encuentro, la levanté cómo pude y le ordené a gritos que se fuera. Primero estaba desconcertada, pero creo que de algún modo me oyó y comenzó a caminar. Cuando ya estaba a unos 2 metros de mí, Cato, con espada en mano, llegó de repente.
Lo que vino después:.....dolor....

Abrí los ojos, me levanté de la cama y me fui corriendo al baño. Abrí la llave y me lavé la cara con el agua helada que salió del grifo, creyendo que eso tal vez me iba a despejar de los recuerdos.
En una persona normal, los recuerdos no son dañinos; pero en mi caso, es como si llegaran tan rápido al igual que una hoja  metálica de un cuchillo, a punto de atravesarme, y me carcomieran todo mi ser.
Después de varias veces de echarme agua en la cara, me quedo viendo mi reflejo en el tocador de baño.
Me examino las notorias ojeras que rodean mis ojos por nunca poder dormir bien, y algunas de las cicatrices que quedaron después de ese bombardeo en el capitolio.
Me siento en el suelo, a un lado de la cama, recargado sobre un pequeño mueble que hay a la izquierda de ésta.
Trato de organizar mi mente y volverla a poner en blanco. No lo logro. En lo único que acabo pensando es en Katniss Everdeen.
La confusión se hace mayor cada vez que su nombre me rebota en la paredes del cráneo. ¿Por qué, cuando vivo los recuerdos, experimento sensaciones como ternura, cariño, protección......amor, sólo cuando se trata de ella?¿Por qué en este momento deseo con fervor mirarla de nuevo?¿Es sólo porque quiero volver a percibir lo que siento cuando la pienso? 
O.....¿será que la quiero.....la quiero de verdad.....?

No.
Claro que no la amo. Se supone que ya no.....¿O sí? ¿Se supone, no?
Quiero verla....
¡No!....¿En qué rayos piensas ahora?

Y así es siempre.
Me he curado, claro está, pero las dudas de mi mente no desparecen aún. Respecto a ella.¡¿Por qué sólo a ella?!
Caigo en la cuenta de que necesito verla, ver a Katniss, porque quiero acabar con todo esto, quiero saber qué sentir definitivamente.
Definir si es odio, amistad o.....amor. Podría ser algo más, tal vez....
¿Hay una posibilidad de que todavía la ames? me grita mi subconsciente. ¿Regresas para estar finalmente con ella, después de todo....?
¡No!
Mi cabeza se niega a la idea de regresar con ella. Lo único que sé es que yo sólo la pondría en peligro, y me sorprende de que le temo a eso. Justifico ese pensamiento con que ahora soy una amenaza para cualquiera. A pesar de que no tengo muy en claro mis sentimientos, no soportaría si yo fuera el culpable de que le pasara algo a Katniss, o a otra persona......
 Es mejor así,  alejados, ella sabrá salir adelante sin mí y yo sin ella.
¿No hemos demostrado eso ambos ya?
Katniss Everdeen tiene que salir de mi vida. Para siempre. Las cosas tienen que ser así. Si me lo repito varias veces espero terminar creyéndolo....

El tren frena de un golpe haciendo que me despierte de mis pensamientos.

He llegado al Distrito 12.










Esto es todo, azucarillos.
Espero que les haya gustado, ya que me pedían que lo publicara una y otra vez.

Entonces, ¿Les gustó?¿Le encantó?¿Os aburrió?¿No?¿Sí?
Decidme qué te pareció y dejadme lo que quieras en los comentarios :)


El miércoles nos veremos con un nuevo capítulo :3
Hasta entonces.
¡Ah! Puede que el miércoles también se haya publicado el Capítulo 35, sino, el viernes.


Me despido. Les mando mis mejores deseos y que la pasen bien en esta semana.
Miles de besos y abrazos.



                                                          Con Cariño
                                                                 Vuestra Escritora 
                                                                                    Meena
                             

jueves, 16 de enero de 2014

Resolución de encuesta 1 (capítulos Peeta)

Hola, tributos!♥
Me paso de rápido para mostrarles los resultados de la encuesta de "¿Qué días queréis que se suban los capítulos del punto de vista de Peeta Mellark?"
Y bueno, estas fueron los resultados:

*Lunes-Viernes: 26%   (con 6  votos)


*Miércoles-Sábado: 65%       (con 15 votos)

*Jueves-Domingo: 8%       (con 2 votos)


Así que ¡El sábado tendréis el capítulo del punto de vista de Peeta! ¿Están emocionados? Espero que sí :D

Ya saben (y agéndenlo):
Miércoles y Sábado se subirán los capítulos, para que se pasen esos días por el blog.
Ya expliqué que a veces solo podré subir un día, pero os avisaré si eso pasa ¿Okay?
Por cierto, estaba pensando.....¿y si llamamos "Diente de león" a la historia contada por Peeta? De eso no necesitan explicación alguna. Pero.....¿y si a la historia original le ponemos "Prímula", y así se completa el nombre del blog "Prímulas y Dientes de león"? Jajajajaja ok, no os aburriré más con mis teorías locas que saco de mi cabeza.♥



Otra cosa: pondré otra encuesta que también quiero que respondan.

Pensaba escribir un pequeño relato sobre un personaje de THG. Y, por eso, la nueva encuesta dice así:



"¿De qué personaje queréis que haya un relato en el blog?"






Sólo hay 7 opciones, no más. Y sí, me costó mucho decidir cuáles serían, ya que hay infinidad de personajes maravillosos! pero también puse de los que me gustaría escribir un relato desde su perspectiva.
Ustedes tienen la decisión de decir de quién. Supongo que desde ahora no será una sorpresa que les tendré♥ :)
Voten, por favor!


Por último, un gif:


Jena & Sam

Finnick Y Johanna :)




Eso es todo, azucarillos :) Me tengo que ir, pero no sin antes desearles un buen día. No olvidéis que el siguiente capítulo estará publicado la siguiente semana :) Pasaros.♥


Os quiero con todo mi corazón.♥


Besos.♥


PD: Nos vemos el sábado :)




                                                      Con Cariño♥

                                                                Vuestra Escritora♥
                                                                                     Meena♥


lunes, 13 de enero de 2014

Capítulo 34♥

Hola, hola, mis dientes de león!♥
¿Cómo están?¿Yo? Ahora mismo en contra reloj, ya que tengo que volver rápidamente a hacer una tarea pendiente del colegio.
Pero bueno, busco un pequeño espacio para poder publicaros el capítulo, porque si no lo hago hoy, quién sabe hasta cuándo podré.
Disculpen si está....como decirlo.....si está mmm....bueno, la cuestión es que quería armarme un show completo y escribir más, ya que para mí este cap es algo especial por ser uno de los que planeé al empezar la historia y que estaba segura de no poder llegar a escribir.
Tenía la inspiración total......mas no el tiempo. Sí, escribí con prisas. Lo quería hacer un poco más descriptivo, pero no se pudo.
En fin, espero que les guste, y les haga reír, o llorar, o fantasear, o lo que quieran ♥
En este capítulo veremos si Katniss Everdeen pudo hacer unas galletas bien, un problema con las prímulas y una memoria de acontecimientos pasados :3
Sin más preámbulos, aquí les dejo el cap número 34 :)
Ya saben:
Léanlo♥Disfrútenlo♥Ámenlo♥Comenten.
:3













              Capítulo 34: Y mi amor por ti aquí perdurará.



Me miró a los ojos y no despegó su mirada por mucho tiempo. Yo tampoco quería que la quitara.
Sonreí.....siempre lo hacía, repetidas veces, no podía contarlas con los dedos de las manos. ¿Cuándo me terminarían doliendo las mejillas? Quién sabe.
Le acaricié el rostro y él se acercó para posar sus labios sobre mi cuello. Reí al sentir un poco de cosquillas.
-Katniss. ¿Quieres que te cuente un secreto?-susurró en mi oído.
-Todos los que desees- me mordí el labio en una media sonrisa, con un tono patéticamente seductor.
-Me encanta tu intento de voz seductora- se río leve, aún besándome suavemente la piel.
-No soy buena para estas cosas, lo sabes.
-No me importa, ¿que acaso no he dicho que me encanta?-sonrió.
Puse los ojos en blanco.
-Claro, te gusta porque tienes una oportunidad de burlarte de mí.
-Nunca me burlo de ti, Katniss.
-¿Y esperas que te crea?- me crucé de brazos.
-Pues claro.
-Pues claro-bufé.
Tomó mis brazos y deshizo el nudo que los entrelazaba. Los colocó sobre sus hombros y acto seguido me levantó del suelo. Comenzó a caminar hasta llegar a su cuarto.
-¿Qué haces?-me reí.
-No te enojes, linda. No me gusta verte enojada.
-¡No estoy enojada, Peeta!- solté una carcajada-. Ahora bájame.
Enarcó una ceja, esperando algo más.
-Oración incorrecta.
-¿Por favor?-pregunte.
Negó.
Sonreí. Me incliné para besar sus labios.
-Para-dijo entre risas- Siempre que me besas me flaquean las piernas, y ,de seguro, si sigues, nos caeremos los dos al suelo.
-Bien. Pero bájame.
Obedeció y me colocó encima de la cama.
-¿Cuál era el secreto que me querías contar?-le interrogo.
-Ah, eso- me mira- nada relevante- se sienta en la esquina del colchón, pone las manos sobre el regazo.
-Vamos...-me acercó a trompicones por la cama-, cuéntamelo.- le abrazo por detrás.
Abre la boca, pero en ese momento suena el timbre del horno, que indica que nuestras galletas que preparamos hace algunas horas ya están listas.
-Será en otra ocasión- me sonríe antes de levantarse.






Al final las galletas no salieron tan mal.
Esta vez no hice un desastre en la cocina; me concentré bastante en mi tarea. Era muy sencillo, como lo había dicho Peeta, pero aún así no me distraje con nada, ni siquiera con su mirada, pesada sobre mis hombros, que me observaba críticamente a mis espaldas. Hasta me dejó poner el horno, con su supervisión, claro. Luego de que estuvieran listas, las espolvoreamos con azúcar.
Según él, las galletas habían quedado deliciosas; pensaba que sólo lo decía por cumplido, como la última vez, aunque he de admitir que a mí también me gustaron cómo quedaron que hasta me hicieron preguntarme si de verdad las había hecho yo.
Peeta también hacía progresos con las clases de caza. Definitivamente el arco era lo que más le costaba trabajo, a parte de lo de ser sigiloso. De ahí en fuera, todo le resultó fácil de lograr.
Aprendíamos uno del otro.
Esto hizo que se agudizara más nuestra relación, día tras día nos identificábamos más haciendo las actividades que hacía cada uno. Él descubrió que le gusta estar en el bosque, aunque sea un pésimo cazador, y a mí me terminó encantando hacer galletas de mantequilla y nuez espolvoreadas con azúcar glas.
Otra cosa que nos unió más fue empezar a cuidar el jardín.
Ese día del lago, Peeta me había dicho que hubo un brote de prímulas. Así que ,al regresar a casa, me sorprendí de que en realidad eran demasiadas las flores que dominaban el cespet.
Se veían hermosas.
Las cuidábamos todos los días. Peeta las regaba en la mañana y yo salía en las tardes a ponerles abono o escombrar el jardín un poco. Pero empezamos a estar rodeados de prímulas por doquier. Al haber muchas, las cortábamos y las poníamos en un jarrón que decoraba la mesa de la cocina. Otro ramo en la sala; otro en el cuarto; incluso le dejamos unas a Haymitch en un pequeño macetero.
Tratamos de buscarle un solución a esto. La decisión unánime fue que las dejáramos como estaban, no queríamos cortarlas y desecharlas así como así.
Pasaron los meses, el tiempo se fue con la velocidad de un rayo.
Llegó septiembre y pronto se oiría el sonido de hojas secas arrastradas por el viento. Otoño. Y con él, también vino una idea que arreglaría el problema con las prímulas.
Al empezar el mes, comencé a levantarme muy seguido por la madrugada. Temblaba siempre, cosa que atribuía al frío que empezaba a hacer, aunque sabía que sólo me mentía.
Los días siguieron viniendo, las pesadillas fueron aumentando.
¿Por qué?¿Por qué empezaron a atacarme en estas fechas?
La respuesta era fácil: se cumplía un año de la guerra.
Un día desperté sobrecogida, abriendo los ojos de par en par. Lo primero que vi fueron los brazos de Peeta, que me rodeaban en un gesto protector. No hice ningún ruido, no quería despertarlo. Me quedé meditabunda un rato, antes de caer en la cuenta de qué día era ese.
En ese instante un dolor punzante me atacó el corazón. Y lágrimas silenciosas comenzaron a bajar por mi cara.
Pasó un rato antes de que él se despertara. Enseguida notó las gotas de agua recorriéndole los brazos.
-Katniss.....Katniss¿estás bien?
No contesté nada. Iba a decir que sí, pero no me dieron ganas de mentir. Peeta deshizo el abrazo en el que me tenía atrapada para hacerme volverme hacia él, para que le viera a los ojos.
-¿Qué ocurre?- preguntó con un tono de preocupación.-¿Te pasa algo....?
-Nada- contesté, y mi voz sonó lejana. Me obligué a respirar-. Es sólo que hoy.....-no podía decirlo, no tenía los ánimos suficientes-....es...es septiembre....y, se cumple un año de la guerra y....de la muerte de Prim- suspiré, abatida, volviendo a llorar. Me giré para que él no lo viera.
En realidad, ese no era el día exacto de la muerte de Prim; no sé cuándo es, ya que todo se volvió borroso después de eso. Pero lo que sí me acordaba perfectamente fue el día en que nos separamos, el día en el que me fui al Capitolio y ella se quedó en el trece, aparentemente a salvo. Ésa fue la última vez que la vi con vida....o, bueno, no la última, pero la siguiente vez sólo fue dos trenzas rubias, una colita de pato y una bomba que dejó a todo el mundo en un silencio repentino.
Peeta se quedó un momento quieto, luego sentí cómo se incorporaba de la cama y me dejaba sola.
Ahora yo estuve en silencio por un rato, pensando en algo: Al girarme, mi intención era de que no me viera llorar, porque ya me ha consolado tantas veces que supuse que él ya se había cansado. No me ofendí que decidiera dejarme un momento a solas. Aunque entendí, mientras callaba, que no quería que se fuera.
En estos momentos sólo quería que alguien me estrechara en sus brazos......más, bien, que me estrechara él.
Bajé las escaleras de mi casa y entré en la cocina buscando a Peeta. No estaba allí.
Lo busqué por toda la casa, hasta que me topé con la puerta abierta que llevaba a la parte de atrás. La crucé y me dirigí a la figura de Peeta, plantada cerca de las flores amarillas.
-¿Peeta?-susurré. Se volvió.
-Katniss- me nombró y fue a rodearme rápidamente en un abrazo-¿Estás bien? Siento haberte dejado......pensaba que tal vez necesitabas....
-No hay problema- le tranquilicé poniendo una mano sobre su hombro.
-¿Cómo te encuentras?- me preguntó, acariciándome el cabello.
-Yo...-suspiré-, supongo que no vale nada decir que bien-solté una risa sin alegría, irónica.
-Cierto. No debí preguntar.
-¿Y tú?¿Qué hacías acá fuera?
-Nada.....,pensaba en....¿recuerdas que no sabíamos qué hacer con las tantas flores que tenemos?
-Sí.
-Bueno,- se separó de mí y me miró con una sonrisa-. Se me ocurrió una idea.






Hace unas semanas, Peeta y yo nos encontrábamos en el bosque. De repente, él propuso seguir más allá de los terrenos que conocíamos.
Me opuse en seguida que el comentario salió de su boca, no quería arriesgarme a meterme en lugares inexplorados y, por consiguiente, peligrosos.
Al final, por su sonrisa resplandeciente y su actitud animada, terminé siguiéndole la corriente.
Caminamos lo que pareció ser kilómetros y kilómetros. Mientras más desconocidos se hacían los árboles y la maleza más densa, empecé a sujetar el arco con mayor presión en mi puño, mirándo con recelo cualquier lado por el que pasábamos.
Peeta daba la impresión de estar tranquilo. Creo que él no era muy consciente del peligro de estar solos en tierras jamás tocadas; tal vez era ese instinto que a mí se me había formado por las experiencias y los años de cazadora. En cierto modo, toda la caminata me volvió un poco paranoica con cada paso que avanzábamos, haciendo que me girara abruptamente al escuchar un sonido sospechoso.
-Tranquila, Katniss ¿Qué puede pasar?
Un animal rabioso, plantas venenosas, perdernos,etc. Eso pordría pasar.
Comencé a relajarme cuando hallamos un sendero que se veía seguro. La tarde avanzaba, yo me acerqué a Peeta para tomarle de una mano, eso hacía que me sintiera más segura de mi misma, sin temor alguno.
La noche se avecinaba, estaba a punto de ordenar nuestro regreso a casa....cuando Peeta señaló un lugar en la periferia:
-¡Mira, Katniss!¡Allí hay algo!
Sobrecogida, pensando que era una amenza tal vez, casi aviento un cuchillo en la dirección que me indicó. Pero fue la cara de emoción y curiosidad de Peeta la que me abstuvo de eso. Corrí para alcanzarlo, ya que había salido disparado hacia el lugar.
-¡Peeta!¿Estás loco? No corras sin antes saber si es seg......
Enmudecí al levantar la vista. El hombro de Peeta chocó con el mío al encaminarme hacia en frente.
Allí, cruzándo la maleza, al final del sendero, había un prado.
Como en la canción.
También había un árbol, aunque no un sauce. Hubiera sido una bonita concidencia si hubiera sido un sauce.
Color verde extendiéndose por doquier. Hechizante color verde que se combinaba con el anaranjado del crepúsculo.
Aún recuerdo lo maravillada que me sentí al observarlo...... 










Era allí a dónde ahora nos dirigíamos.
Peeta propuso cortar las prímulas que nos sobraban, llevárnoslas al prado y plantarlas allí.
Acepté.
Mientras arrancábamos las plantas, una flor en particular me llamó la atención:
Al fondo, solitaria, y con un rayo de luz blanca resbalándose por sus pétalos, se encontraba una prímula. Era tan diminuta, demasiado pequeña, si se comparaba con las demás en el jardín; pero.....algo me llamó la atención. Tenía algo especial que me hizo recordar a mi hermana Prim. Fresca. Linda. Resplandeciente.
Yo misma la desplanté con delizadeza y la coloqué en una cajita de cartón; la caja no era más grande que la palma de mi mano.
Ya teniendo todas las flores que creíamos convenientes, nos marchamos de la casa cuando el sol estaba en su punto máximo.
Caminamos, cargando una caja que sosteníamos entre los dos, llena de flores amarillas.
Esta vez, se me hizo corto el viaje, y pareció que, en un abrir y cerrar de ojos, llegamos al prado.
Peeta dejó la caja en el suelo, al igual que los instrumentos que íbamos a necesitar. Al mismo tiempo nos volvimos para vernos a los ojos, sonrió....y me tomó la mano, en un gesto que decía: "¿Estás lista?"
Por toda respuesta, suspiré y asentí con la cabeza.
El sol fue testigo de cómo nosotros fuimos adornando el pasto con prímulas. Una por una, nuestras manos a veces chocaban en la tierra.
Cuando la luz empezó a ralear, me levanté de donde estaba y cogí la pequeña caja de cartón que contenía la prímula que simbolizaba a mi hermana. La tomé entre mis manos, aferrándome a ella como si en cualquier momento el viento podría arrastrarla consigo, como si mi hermana misma estuviera allí y no quisiera dejarla ir.
No de nuevo.
Me alejé, dejándo a Peeta trabajando, y me acerqué al gran árbol. Con una pala comencé a escarbar la tierra, cerca de una de las ramas del árbol, hasta que quedó un hueco justo en el que cabía la flor. La acomodé en su sitio, volviendo a mover la tierra para cubrir sus frágiles raíces
Listo.
Arrodillada, dejé caer las manos sobre mis muslos y contemplé la flor fijamente.
Se me vino a la mente la canción del prado, justo allí y justo ahora. La canté en voz baja, la mayoría de las palabras morían antes de cruzar mis labios.
Pensé en Prim....había logrado vivir un año ya sin ella....¿Cómo lo hice?
Cerré mis ojos para memorizar su cara, su risa, su sonrisa....Mi amor por ella no se había debilitado ni un ápice.

"¿Dónde estás?" Y ahora la pregunta no sólo aplicaba a mi padre.
Recordé los momentos que pasamos juntas, tanto buenos como malos. Recordé todas las veces que le cantaba la misma nana que ahora farfulla mi boca. Y recordé la esperanza.
Me encogí un poco más sobre la prímula. Lánguida. Desolada. Una gota salió desprendida de mi cara y cayó en un pétalo. Se deslizó lentamente por él, corripendo hasta bajar por el tallo, más como una gota de lluvia que como una lágrima.
-Gracias, Prim.
 No sé si lo dije de verdad o sólo lo pensé. No sabía cuál era la razón por la que le agradecía, y con eso me refiero a que no sabía cuál elegir de muchas que se formularon en mi cabeza en ese instante de agonía.
Con un dolor que me ahogaba dentro del pecho, lloré la muerte de mi hermana allí mismo. Como si no estuviera enfrente de un flor, sino de su cuerpo, inmóvil y frío.
Lloré tanto que la planta no iba a necesitar regarse ya. No sollocé, ni gemí, sólo lloré, inclinada por el pesar que me hundía los hombros. Con los ojos cerrados, sólo viendo oscuridad.
Abrí nuevamente los ojos al sentir la mano de Peeta sobre mi hombro. Había pasado mucho tiempo y la muerte de la tarde se hacía presente con el ocaso. Mi cara estaba seca, pero hinchada y un poco roja. Lo vi reflejado en sus ojos.
-Vamos, Katniss. Es hora de irnos- me cogió tan dulcemente que su tacto suave hizo que quisiera echarme a llorar de nuevo.
Ambos caminamos en silencio, tan cerca, tan juntos.....parecíamos uno mismo.
Las yemas de mis dedos rozaban ligeramente los pétalos de las flores recién plantadas, como una despedida. Un solo adiós.
Antes de desaparecer por el hueco de la maleza, eché una mirada hacia atrás.
Me erguí por primera vez, y escruté el pedazo de prado que ahora tenía un grupo de flores amarillas, todas reunidas. Más allá....el árbol, aunque desde allí no podía distinguir a la prímula.
Por un impulso, me llevé los tres dedos de la mano izquierda a los labios y apunté un segundo a las flores.
Por que ellas eran la representación de cada una de las personas que amé y que ahora no estaban más aquí.
Ese saludo era para cada una de ellas.
Un tributo especial para todos los caídos en esa guerra.
Y también para los que sobrevivieron a ella......pero no volvieron a ver las cosas de la misma forma.
Observé una última vez, antes de irme.
La última línea de la canción me acompañó al encnuetro de Peeta:
"Mi amor por ti, aquí perdurará...."

Por siempre.












¿Y bien?¿Les gustó?
Dedicado a nuestra pequeña little duck. Y a todos los queridos personajes que Suzanne asesinó cruelmente .lll.  ......jajajaja okay, olviden lo de "asesinar cruelmente".
Entonces¿Qué les pareció?¿Lo amaron?♥¿Lo odiaron?¿Les aburrió?¿Sí?¿No?
Dejadme todo lo que pensáis en los comentarios!
Les deseo lo mejor en esta semana, tributos.
Me despido.
Chao.
*corre a tomar el boli y anotar rápidamente en la libreta*



                                                  Con Cariño♥
                                                        Vuestra Escritora♥
                                                                         Meena♥