viernes, 19 de septiembre de 2014

Adelanto de Capítulo 47

"Mantente con vida"
Al parecer, seguir el consejo de Haymitch iba a ser más complicado de lo que creía.
Cuando crucé el umbral de la sala, sentí que toda mi confianza se venía abajo.
Es obvio que todos voltean a ver a la novia cuando hace su entrada inicial, pero yo simplemente odiaba que todas las miradas se posaran en mí, vigilando cada paso que doy, cada movimiento que hago o expresión que pongo.
Así que la primera parte de un recorrido muy largo me la pasé viendo mis pies, vigilando que no fueran a dar un inesperado tropiezo.
Sentía a las emociones hacerse un nudo en mi estómago, y me pregunté: ¿Qué rayos le había pasado a esa tranquilidad que no hace más de 5 minutos me rodeaba? Parecía que nunca había logrado calmar mis nervios por unos minutos.
Comencé a sentir nostalgia de la sensación de que nada te preocupa.
Entonces, di en el clavo, y comprendí porqué había conseguido mantener los nervios a raya.
Fue Peeta. Sólo cuando lo vi en el patio trasero del edificio bromeando y sonriéndome hizo que se me olvidara todo por un momento.
Eso era.
Fue cuando levanté la vista. Y allí estaba mi prometido, con una gran sonrisa coronando su cara.
En cuanto vio que clavé mis ojos en los suyos, río con disimulo, alzando una ceja con interrogativa. Sonreí, aún recordando las palabras que nos dijimos antes de despedirnos.
Por fin llegamos al altar, y esa música horrible que es tradicional dejó de sonar para alegría de mis oídos. Haymitch, con una mirada significativa, extendió mi mano hacia Peeta, que no dudó ni un segundo en tomarla y arrastrarme hacia él.













Nos veremos muy pronto ;)