miércoles, 19 de noviembre de 2014

#SS: Relato especial.

#SemanaSinsajo: Tercer día.
Tributos, como ya leyeron en el título, hoy toca un relato especial, y el protagonista es Peeta Mellark!
Ahora, ¿por qué Peeta? Bueno, hace mucho tiempo hice una encuesta sobre qué personaje quisieran que hubiera un relato en el blog, y ganó Peeta....así que, como nunca lo escribí, pensé que este iba a ser el mejor momento para hacerlo. (Para la otra no agregaré a Peeta, estáis advertidos ¡para que elijan a alguien más!)
¿Por qué el miércoles? Pues ¿recuerdan que eran los días en que se subían los capítulos del punto de vista del chico del pan? por eso.
Hace mucho que no escribía sobre nuestro diente de león, que ya tenía ganas de meterme de nuevo en su piel.
Ahora, este relato se sitúa en el último libro (obviamente, por algo se le llama #SemanaSinsajo) y me permití el lujo de inventarme algunas situaciones que pasó él mientras estaba como prisionero en el Capitolio......
Espero que de verdad les guste, a penas lo escribí ayer, así que no pasó por el "proceso de publicación" que es como un ritual que tengo de revisar mis escritos una y otra vez, cambiar palabras o hasta frases enteras para que quede perfecto antes de publicarlo. Incluso los leo a veces en voz alta, para ver si no suenan muy descabellados o tontos (lo sé, qué loca estoy)
Por cierto, hay una referencia a "Yellow Flicker Beat", a ver si la encuentran.....
Bueno, espero que les guste mucho!
Disfrútenlo!













Oscuridad. 






Despertar en la oscuridad es tener la sensación de no haber despertado nunca.
Abres los ojos y te encuentras con lo mismo como cuando los tenías cerrados.
Juro que ni en mis más horribles pesadillas había estado hundido en una negrura tan profunda como aquella.
De hecho, las últimas que tuve, eran llenas de colores. Brillantes y cegadores.
Desperté con la respiración entrecortada, y con un grito queriendo escapar de mi garganta. Aunque este último no tardó en salir.
Me dolía todo el cuerpo como nunca lo había hecho. Moverme, incluso sólo para respirar, causaba que oleadas de dolor me recorrieran por todos lados, acompañadas por mis constantes quejidos. Sentía el sabor metálico de la sangre en mi boca y su calor y espesor cuando me goteaba de la nariz y bajaba por mi labio.
El tiempo corre más lento cuando se sufre. Y al haber pasado ya un lapso considerable, empecé a perder la noción de él.
Yo podría jurar que aquellos instantes eran eternos, llegué a pensar que nunca acabarían.
Después de gritar un rato y quedarme sin voz; de intentar recorrer la habitación, arrastrándome, tratando de encontrar algo; y de sentirme impotente ante aquella situación, me recosté contra la pared y por fin me puse a pensar en lo sucedido.
Todo era muy borroso aún.
Lo único nítido que tengo grabado en la mente es su voz.
Su voz llamándome.
Recuerdo que cuando escuché a Katniss gritar mi nombre, lo primero que pensé fue en llegar a ella, sin importar nada.
Comencé a correr con todas mis fuerzas, tratando de acercarme a su voz, alcanzarla.....
Yo gritaba su nombre por igual, mientras pensaba "Que no esté herida, por favor, no....."
Y luego.....el cielo estalló.
Miles de virutas de fuego surcaban el firmamento como estrellas fugaces. De repente me vi en el suelo, admirando el espectáculo de fuegos artificiales.....
"Oh, Katniss....no he estado junto a ti....no te he protegido...."
Era lo único que podía pensar, incluso aún cuando un aerodeslizador se posó encima de mí....
"Te he fallado...."
Una pinzas gigantes me tomaron para luego levantarme en el aire....
"Te he fallado..."





Cuando pensé que la puerta nunca se abriría, lo hizo.
La luz blanca me dio de lleno en la cara, y tuve que entrecerrar los ojos para que no me lastimara.
Dos agentes de la paz entraron a la habitación y me tomaron, sin ninguna delicadeza, quisiera agregar.
Yo me retorcía por el dolor, y gritaba.....aunque intenté forcejear todo lo que mis heridas me lo permitían.
Uno de ellos me amenazó en que, si seguía causándoles problemas, no les importaría dejarme peor de lo que me dejaron.
Por fin me dejo de mover, aunque ya no tiene caso luchar, estando acostado en una camilla, sujetado a unas correas que una chica avox está ajustando.
Me llevan a una sala de hospital. Miles de sonidos retumban cerca de mi oído, causados por las diferentes máquinas que hay a mi al rededor. 4 médicos del Capitolio me examinan desde arriba, viéndome como si yo fuera algo que hay que arreglar, no una persona....
Siento un piquete en el brazo, y todo se vuelve negro de nuevo.
Cuando despierto, estoy otra vez en la celda, pero milagrosamente ya no me duele nada.
Me permito incorporarme e investigar un poco la habitación. Mis dedos recorren las paredes, ya que sigo sin poder ver nada. Cuento los pasos que doy para llegar de una pared a otra, y tomo una nota mental de cómo está hecha la puerta. Su frío metal tiene diferente tacto a la áspera pared.
Llego a la conclusión de que el cuarto es pequeño, aunque la puerta tiene al rededor de 4 cerraduras, por lo que mis dedos pudieron sentir.
Después de mi pequeña expedición, me siento en el suelo.
Me pongo a pensar en que, si el cometido de ellos es torturarme, entonces ¿por qué me han curado, si pueden dejarme morir de dolor?
Quizá quieren que me vuelva loco, por eso me encierran en un lugar donde no hay luz. O que me muera de hambre y sed, porque ,según yo, ha pasado mucho tiempo que no he probado ni un bocado de comida o un sorbo de agua.
Esta es la opción más fiable, así que trato de sacar cuentas de cuanto duraré sin morir de inanición o deshidratación.
Muy poco, eso es obvio.
Comienzo a aceptar mi muerte como un hecho. Incluso llego a desear que ocurra lo antes posible.
Ya no quiero seguir estando aquí, mientras quizá las personas a las que quiero estén muertas, o peor que yo....ya no quiero seguir viviendo en una nación que obliga a sus ciudadanos a matarse los unos a los otros, ni donde hay cientos de gente muriendo de hambre cada día.....
En algún momento, empiezo a contar los segundos que he pasado encerrado en esa prisión. Me canso cuando llego a un número mayor a las 5 cifras.....
Unos instantes después reanudo mi cuenta, empezando por el 10,000.
10,001.....me gruñe el estómago, suplicando algo de comida. 10,002......la boca la tengo completamente seca.
10,003; 10,004; 10,005.....
Y, en el 10,016, sucede algo.
Se vuelve a abrir la puerta de nuevo.






Camino por los pasillos, con las manos esposadas al frente de mí.
Miro en todas direcciones, aunque no muevo  la cabeza. Hay miles de puertas y ventanas; deseo tanto ver qué es lo que puede estar adentro....o quién.
Los mismos agentes de la paz me escoltan por el edificio. Cuando nos ven pasar, se quitan inmediatamente de nuestro camino, o cuchichean a espaldas de nosotros.
Odio como toda la gente me mira, pues es increíble que la admiración pueda ser convertida tan rápido en repulsión.
Hace algunos días estas mismas personas gritaban mi nombre, ahora lo susurran.
Por fin, después de una larga caminata, llegamos a una puerta. Es grande y con acabados decorando sus orillas.
 Ahora se me forma un presentimiento de qué puede ser todo esto.
Uno de los agentes de la paz toca, y en automático, las dos puertas se abren de par en par. Me señalan que entren pero no es necesario porque con un empujón me introducen en la habitación.
Oigo cómo las puertas se cierran de nuevo, a mis espaldas. Examino el cuarto con la mirada, pensando que se ve mejor en persona que por televisión.
Cuando bajo mi vista, me doy cuenta que no estoy solo.
No me sorprende encontrarme al presidente Snow, viéndome con sus ojos de cobra, sentado detrás de su escritorio.
Nos quedamos unos segundos clavados en nuestras miradas. Me esfuerzo por no detonar cualquier sentimiento a través de mis ojos, porque es estúpido hacerle sentirle que lo odio si el que está a su merced soy yo.
-Peeta, gusto en verte de nuevo- sonríe, aunque falsamente-. Siéntate- me ofrece, señalando la silla en frente suyo.
-¿Por qué me dejaron solo con usted, que no temen de que le haga algo?-pregunto, sin moverme de mi lugar.
-Siempre pensado que eres un chico inteligente.....y no creo que cometas tal acto de estupidez. Pero, bien, ¿vas a declinar mi oferta sobre lo de sentarte....?
Sigo sin dar un paso al frente, pues quiero estar alejado lo más posible de él y de ese olor a rosas tan penetrante que hace que me arda la nariz.
-Bien...-dice, bajando la mano y poniéndola a su costado.
-¿Qué quiere de mí?-pregunto, pues quiero irme al punto.
-¿Qué te hace pensar que quiero algo de ti?- susurra.
-No creo que me mantuvo vivo sólo para matarme, sería ilógico-contesto.
-Tienes razón....., pero, tengo una pregunta para ti, ¿tienes alguna idea de lo que sucedió la noche del Vasallaje de los 25 lo cual hizo que terminaras aquí?
Niego lentamente con la cabeza, esperando su reacción.
-Pues volaron el campo de fuerza, ese que casi te mata.....¿adivinas quién lo voló?
-Katniss- respondo sin ninguna duda. En el momento en el que digo su nombre, quiero saber dónde está ella, si está viva o muerta, si se encuentra en el mismo lugar que yo, aunque  separada por paredes de concreto y puertas de metal de mí.....
Pero me abstengo de eso, la fuente menos confiable para enterarme de aquella información sería el presidente Snow.....
-Estás preocupado por ella, ¿verdad, muchacho?- dice él, como si me leyera la mente, o los ojos, más bien.
No contesto, pero algo no me hace apartar la mirada.
-No- digo por fin, después de largos segundos de silencio.
-¿Ah, no? ¿Por qué?¿Cómo estás tan seguro de que ella no está en una jaula, o en un ataud?
-No está muerta- susurro- porque si lo estuviera, no se le vería tan enojado a usted por esta situación. Por eso me mantuvo vivo, quiere que le dé algo para ayudarle a acabarla......siento decirle que lo que menos tengo de Katniss es información, ella siempre fue cerrada conmigo....
-¿Ves? Eres un chico listo, Peeta. Pero no es información lo que quiero, en los interrogatorios que le hicimos a tu amiga Johanna quedó claro que no sabías nada sobre el plan, y la rebelión.....
-¿El plan?-se me salió de la boca, como un reflejo.
Me arrepentí de esas palabras.
-Sí- por primera vez me mira con satisfacción, pues había dado en el clavo-, el plan para sacar a tu amada Katniss Everdeen de la arena, en el cual, no te incluyeron, por lo visto.
Esa afirmación me duele en el interior, aunque no lo demuestro. No sé porqué me molesto, si desde un principio le dije a Haymitch que la salvara a ella....comprendo su decisión, pero....¿y Katniss?¿Sabía algo de todo aquello?¿Ella también decidió abandonarme, como todos los demás lo hicieron? Pero si me dijo que me necesitaba.....
No te aflijas, sólo era parte del espectáculo que tenías con ella....
-¿Qué quiere de mí?-pregunto de nuevo, pero esta vez con cansancio.
-Quiero que cooperes con nosotros. Si Katniss es el símbolo de la rebelión, tú sé la voz del Capitolio.
-¿Y si me niego?- murmuro.
-Ya sabes lo que pasará, no sé porqué lo preguntas....
-Entonces me niego a ayudarlos a destruirla, prefiero morir.
-Si mueres, de todos modos,  ¿cómo sabes que ella sobrevivirá a esto?
-Tengo fe en ella, sé las cosas que puede llegar a hacer sólo con su determinación, ¿cómo no sabe que el que terminará muerto será usted? Sé que contempla esa opción, sino, no estaría viendo la manera de cómo acabarla....
La mirada del presidente quemaba como el fuego, sin embargo, la soporté con todas las fuerzas que tenía.
-Ya cambiarás de opinión, Peeta, sé que lo harás- fueron sus últimas palabras antes de llamar a los agentes de la paz y que estos me sacaran de la habitación.




Después de ese encuentro, empezaron las torturas de verdad.
Días tras día, era gritar y retorcerse de dolor. A veces, ver el dolor de otros.
Ya ni siquiera recuerdo todas las maneras en las que me torturaban, eran tantas.....nunca se les acababa la imaginación.
Pero, incluso ni eso no me hacía cambiar de opinión. Todos los días regresaba a mi celda con una nueva herida, pero con la misma determinación.
Pasó una semana, hasta que me mandaron a la oficina del presidente de nuevo.
Esta vez se le veía menos tranquilo.
Sonreí un poco cuando lo vi: sabía que Katniss, estuviera dónde estuviera, estaba causando problemas.
Esta vez, los agentes de la paz se quedaron allí, y empecé a desconfiar de todo eso.....
-Señor Mellark, quiero dejar en claro que no lo traje para oír de nuevo que se niega a cooperar con nosotros...
-Entonces pido que se me lleve a mi celda para que pueda disfrutar de mi dolor en solitario, si ya sabe mi respuesta...
-Espere, aún no acabo esta visita- me sonrió-. Quería informarle que su Katniss Everdeen sigue viva, en el Distrito 13, según mis informes.....
-¿El 13?
-Sí, aún existe....siempre lo hizo.
-¿Y qué tengo que ver yo con todo esto?
-Oh, señor Mellark, ¿no me diga que no se alegra de que su amor no correspondido esté viva todavía?
Sí, lo hago, pero no se lo diría a él. En cambio, me quedo callado.
-Pero- sigue él, sin esperar a que responda- lo más importante es que sabemos ahora dónde está....y, si ya bombardeamos el 13 una vez....podríamos volver a hacerlo.
Siento un nudo en el estómago. De repente siento todo el cuerpo pesado y tengo ganas de vomitar.
-¿Ve este pequeño botón?-señala Snow algo en su escritorio-. Si lo presionas, manda una señal para que los aerodeslizadores empiecen a movilizarse hacia el Distrito 13, donde lanzarán esas bombas que tienen un gran alcance........tanto de longitud como subterráneo,¿Ahora ya se da cuenta de que si quiero a su Katniss muerta sólo tendría que apretar este botón?
Afirmo con la cabeza, porque no puedo decir nada.
-Pero esto se poner mejor, señor Mellark, porque yo no voy a ser el que apretará ese botón, que no sólo acabará con la vida de la chica en llamas, si no también de muchas personas que lograron escapar del 12 y las que vivían en el 13.......
-¿Escapar del 12....?-pregunté.
-Se me olvidaba que usted no sabe lo que le pasó al Distrito 12, estaba tan ocupado en pulir esa rebelde actitud.....
-¿Qué...le pasó....al 12?- tartamudeo.
-Pues digamos que ahora sólo es un montón de cenizas que hay que limpiar....-contesta.
Esta vez no puedo ocultar mi consternación.
Pienso en mi familia.......¿ellos serán parte de esas cenizas ahora?
Tengo que respirar hondo y tragarme las lágrimas que están a punto de salir.
-Oh, señor Mellark, no se sienta sorprendido....tarde o temprano lo iba a hacer, agradezca que usted no estaba allí en el momento en que decidí hacerlo.
Por primera vez dejó que un poco de ira invada mi cuerpo, en lugar de reprimirla. Siento la adrenalina fluyendo por mis venas que me lanzo en contra del presidente; obviamente, no llego a tocarlo, pues los agentes de la paz ya están allí para patearme en el estómago.
Caigo con las manos rodeándome el cuerpo, y chillo, tratando de recuperarme.
-Iba a decir la mejor parte, antes de que me interrumpiera....-escuché su voz, aunque no podía verle la cara.
-¿Ah, sí? ¿Cuál es esa parte?-grazné.
-Como decía, yo no apretaré ese botón......lo hará usted.
En ese momento, los agentes de la paz me tomaron de los brazos y me levantaron para arrastrarme hasta el presidente en contra de mi voluntad.
Forcejeaba y trataba de liberarme dando golpes y patadas, pero ellos eran dos y yo....
Yo sólo era un chico de 17 años, herido, no sólo de cuerpo sino también de alma....
Obviamente podían conmigo con facilidad.
Me extendieron el brazo hacia el botón, el cual yo trataba de desviar de alguna forma.
Aún me dolían las cicatrices de la última  tortura, que gemía con dolor mientras luchaba con todas mis fuerzas para evitar ese botón a toda costa.
Yo no podría cargar con la muerte de todas aquellas personas.
No podía mirarme al espejo todos los días y saber que fui yo quien mató a la única persona a la cual había amado durante toda su vida....
Aunque hubiera sido obligado....no puedo.
El presidente Snow se acercó a mi cara, roja por el esfuerzo, para decir:
-Esto es muy divertido en realidad, ¿lo es para usted?-sonrió- ¿Y bien, señor Mellark, nos ayudará?
Su aliento ,que olía a sangre, me golpeó en la cara. Era fétido y pesado.
-Está bien-me rendí-....está bien.......lo haré.
Snow sonrió con suficiencia. 
-Pero recuerde que.....si se niega a cooperar de nuevo, no lo pagará usted.
Lo hará ella.






   Continuará......










Pff! ¿Qué tal el viaje de emociones, queridos tributos?
Ah, no sé si ya notaron ese "Continuará" mmm.....creo que no, así que yo les aviso ¡Aún me falta una mitad de este relato del chico del pan! Pero tendréis que esperarlo para otro día, porque mañana no lo publicaré.....no, esperen, no afilen esas flechas....¡No, por favor!
Okay, ya.
La entrada de mañana será un especial de imágenes que hace ya algún tiempo que encontré y siempre me vi tentada a enseñárselas! 
Bueno, eso es todo por hoy. No olviden comentar qué les pareció el relato (por poco pongo "capítulo" jajaja)
Nos vemos mañana.
Muchos besos y abrazos.




1 comentario:

  1. Meena.......
    lo ame que imaginacion màs fantàstica. Me duele pensar en Peeta, ya qu para mi hasta que no vea lo contrario sigue secuestrado. saludossss

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